FOTO:Raphael Pouget/UNICEF
Energía limpia para todos…
La energía afronta un doble desafío: no dejar a nadie atrás y proteger el Planeta. Y para conseguirlo, la energía limpia es clave.
En un mundo en lucha contra el cambio climático, la energía limpia reduce emisiones y tiene la capacidad de distribuir electricidad en aquellas comunidades que carecen de acceso a fuentes de energía confiables. Y es que en la actualidad 675 millones de personas viven en la más absoluta oscuridad; 4 de cada 5 se encuentran en el África subsahariana.
La conexión entre energía limpia, desarrollo socioeconómico y sostenibilidad ambiental es crucial para abordar los problemas a los que se enfrentan las comunidades vulnerables en todo el mundo.
Por ejemplo, en las poblaciones sin acceso a energía limpia, la falta de seguridad de suministro energético obstaculiza la educación, la atención médica y las oportunidades económicas, y muchas de estas regiones en desarrollo todavía dependen en gran medida de combustibles fósiles contaminantes para su vida diaria, lo que perpetúa la pobreza. Si las tendencias actuales continúan, en 2030 una de cada cuatro personas seguirá utilizando sistemas de cocina inseguros, insalubres e ineficientes, como la quema de leña o estiércol.
Aunque esta situación ha ido mejorando, el mundo no va por buen camino para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 7, que pretende garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos de aquí a 2030. La Asamblea General llevará a cabo un balance mundial sobre el ODS 7 en abril de 2024 para evaluar el progreso y recomendar soluciones.
… y para nuestro Planeta
Pero el adoptar energías limpias también es crítico en la lucha contra el cambio climático.
Una gran cantidad de los gases de efecto invernadero que cubren la Tierra y atrapan el calor del Sol se generan debido a la producción de energía, mediante la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas) con el objetivo de generar electricidad y calor.
La ciencia es clara: si queremos limitar el cambio climático, debemos evitar depender tanto de los combustibles fósiles e invertir más en fuentes de energía alternativas que sean limpias, accesibles, asequibles económicamente, sostenibles y confiables. Las fuentes de energías renovables, que se encuentran en abundancia en nuestro entorno, ya sean aportadas por el Sol, el viento, el agua, los residuos o el mismo calor de la Tierra, son renovadas por la propia naturaleza y emiten pocos (o ninguno) contaminantes o gases de efecto invernadero en el aire.
Asimismo, mejorar la eficiencia energética es clave. Se trata de consumir menos energía para obtener los mismos resultados, mediante tecnologías más eficientes en los sectores del transporte, la vivienda, el alumbrado y los aparatos eléctricos. Se ahorra dinero, se contamina menos y se contribuye a garantizar el acceso universal a la energía sostenible.
Contexto
La Asamblea General declaró el Día Internacional de la Energía Limpia el 26 de enero (resolución A/77/327) con el fin de concienciar y movilizar hacia una transición justa e inclusiva hacia la energía limpia en beneficio de las personas y el planeta.
El 26 de enero es también la fecha de fundación de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), un organismo intergubernamental mundial creado en 2009 para apoyar a los países en sus transiciones energéticas, servir como plataforma para la cooperación internacional y proporcionar datos y análisis sobre tecnologías de energía limpia. innovación, políticas, finanzas e inversión.
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