“Las (guerrillas) FARC y el ELN son los mayores responsables de la mayor tragedia ambiental relacionada con los hidrocarburos que se tenga conocimiento”, dijo a periodistas en Bogotá el presidente de la ACP, Francisco Lloreda.
El directivo explicó que desde 1986 hasta junio pasado, como consecuencia de los atentados, se han derramado 4,1 millones de barriles de petróleo en el país.
La magnitud de estos derrames es 15 veces superior al accidente ocurrido en Alaska en 1989 cuando el buque petrolero Exxon Valdez encalló y derramó 261.000 barriles en el océano Pacífico, lo que afectó más de 2.000 kilómetros de la costa de Long Beach (California) y se constituyó en la peor tragedia ambiental de EE.UU. hasta entonces, explicó.
En el mejor de los casos, alertó Lloreda, la recuperación de la vegetación, cuerpos de agua, flora y fauna afectada por el derramamiento de crudo tarda entre 15 y 20 años.
Incoherencia defensa ambiental :
“Existe una gran incoherencia entre lo que las FARC y el ELN pregonan en defensa del medio ambiente. También una gran incoherencia entre el discurso de defensa de la población más pobre”, que es la más afectada por los atentados que ejecutan, agregó Lloreda.
Las declaraciones del presidente de la ACP se dan luego de que en junio pasado las FARC atentaran varias veces contra el oleoducto Transandino en el suroeste del país, lo que según el Ministerio de Ambiente dejó una mancha de 20 kilómetros de crudo que contaminó ríos de la zona y llegó al Pacífico, cerca de la frontera con Ecuador.
El crudo vertido en uno de estos atentados tiene sin agua potable desde la semana pasada a más de 160.000 personas en la ciudad de Tumaco, en el departamento de Nariño, ya que contaminó el río Mira, del cual se surte el acueducto.
El derramamiento de crudo causa alteración y destrucción de la capa vegetal y del agua, riesgo a la salud, así como afectación a las actividades productivas y de subsistencia, entre otras, sostuvo el Ministerio de Ambiente.