Madrid, 22 feb (EFEverde).- El Observatorio de Salud y Cambio Climático, se ha presentado este jueves por el Gobierno como una herramienta con la que se tratará de proteger a los ciudadanos de los fenómenos extremos del clima como las olas de calor, que en unos años podrían dejar unas 13.000 muertes anuales, diez veces más que actualmente.
Las ministras para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera; de Sanidad, Mónica García, y de Ciencia, Diana Morant, han dado cuenta de las líneas estratégicas de este nuevo organismo multiministerial, del que actualmente se están configurando los grupos de expertos que darán «una respuesta ágil y eficaz» a los desafíos del cambio climático.
El nuevo organismo afrontará retos concretos como «el impacto del cambio climático en la salud mental, en la calidad del agua o comunicar más y mejor para crear conciencia ciudadana sobre la importancia de protegerse de los efectos del cambio climático», ha resumido la titular de Ciencia.
El Observatorio fue creado en julio de 2023 con un triple objetivo:
- Definir los riesgos sobre la salud de las personas asociados al cambio climático.
- Crear un sistema integrado de avisos y alertas por amenazas para la salud derivadas del clima.
- Promover una cultura de autoprotección en la sociedad, especialmente en los grupos más vulnerables.
La velocidad a la que aumenta la temperatura de la tierra es «alarmante» y obliga a los gobiernos a actuar inmediatamente, ha recalcado Morant. Así lo puso de manifiesto la guía «Aclimatarnos», realizada por el grupo de Investigación de Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), que advirtió de que si España no reduce las emisiones de los gases invernadero, las olas de calor pasarán de 428 a superar las 2.200 entre 2051 y 2100.
Las olas de calor se multiplicarán por 5
Es decir, las olas de calor se multiplicarán por 5, y con ellas la mortalidad asociada, que pasará de las 1.300 defunciones a 13.000.
«La crisis climática es una crisis de salud pública», ha enfatizado Mónica García, quien ha alertado de que los efectos de los gases de efecto invernadero a la atmósfera crean también «un clima más hostil para la vida» que «nos hace estar más agobiados, más estresados, nos hace enfermar más, tener una mayor morbimortalidad y, en definitiva, también tener una mayor mortalidad».
El cambio climático «perjudica seriamente la salud», y lo peor es va a amplificar y redistribuir las enfermedades en los próximos años, como podría ser el caso del dengue, ha añadido la responsable de Sanidad.
Ante este desafío, el Sistema Nacional de Salud «tiene que dar un paso al frente» y convertirse en «una herramienta más contra la crisis climática»; en este sentido, García ha recordado que Sanidad trabaja «para descarbonizar» el SNS para que deje de ser una fuente de emisiones.
También deberá esforzarse por proteger a la población, y para ello, se creará «el mejor sistema de alertas tempranas» para avisar de las temperaturas extremas. En este cometido, la futura Agencia Española de Salud Pública ayudará a prever todos los riesgos asociados de las mismas.
Riesgos que no son iguales para todos, ya que hay grupos que se ven «mucho más afectados que otros». «Las personas mayores, las embarazadas, los niños, los enfermos crónicos, los pluripatológicos y las personas de rentas bajas son mucho más vulnerables a las olas de calor y a otras consecuencias del cambio climático», ha apuntado.
«Nosotros ya hemos experimentado terribles olas de calor con una capacidad de acreditación de fallecimientos prematuros muy significativa en nuestro país», a los que se suman «otros episodios enormemente peligrosos» que, aunque no sean frecuentes, no son descartables, y son los relacionados con el frío extremo, ha abundado Ribera.
Y es conveniente explicárselos bien a los ciudadanos: «Es bueno que cuando generamos una alerta, las administraciones locales sepan qué significan, cómo gestionar, cómo tutelar, que haya protocolos razonablemente establecidos, una capacidad de respuesta inmediata», ha enumerado.
Porque «una alerta mal dada, una falta de información sobre cómo se debe reaccionar ante una alerta, puede suponer, en determinados casos extremos, la pérdida de vidas humanas», ha concluido.
El pasado 12 de febrero, equipos de los tres ministerios mantuvieron la segunda reunión de este Observatorio, un espacio interministerial nacido de la necesidad de abordar transversalmente el impacto que el cambio climático tiene sobre la salud. En dicho encuentro se sentaron las bases para la creación de una serie de grupos de trabajo de carácter temático que van a realizar las aportaciones necesarias para prevenir los efectos sobre la salud que se derivan del cambio climático.
Actualmente, el Ministerio de Sanidad hace un seguimiento de los diversos indicadores relacionados con los impactos sobre la salud, como la mortalidad por calor o los casos de enfermedades tropicales.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) desarrolla predicciones y hace seguimiento de eventos extremos peligrosos para la salud, como olas de calor o lluvias torrenciales, y realiza proyecciones que permiten anticiparse a los escenarios futuros de cambio climático.
El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades fomenta la investigación en materia de salud y cambio climático en el Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación, contribuye a la generación de conocimiento científico para la evaluación y prevención de riesgos, y presta asesoría científico-técnica a las administraciones a través de los organismos públicos de investigación adscritos al departamento.

Muertes prematuras por calor
En 2022, en Europa más de 61.000 personas murieron de forma prematura por calor, de acuerdo a un estudio publicado por Nature Medicine, coincidiendo con la primera ola de calor de ese año en España. Según estos datos, en España fallecieron 11.324 personas el año pasado por el calor, el país con más fallecidos solo después de Italia (18.010), en un año en el que se registraron récords de temperaturas en toda Europa, pero que afectaron principalmente al sur del continente. EFEverde