Colombia es un país tan diverso que hasta las rocas lo confirman. En su territorio se encuentran rocas ígneas, metamórficas y sedimentarias que, al agruparse según sus características, a lo largo de los años, se han bautizado con los nombres de algunos lugares geográficos e incluso con apelativos relacionados con los santos. Sin embargo, en la asignación de los nombres se ha incurrido en errores de ortografía y hasta de ubicación.

Fuente: Minambiente

Por ejemplo, las rocas del Grupo Guadalupe se asocian con los cerros Orientales de Bogotá; se trata de rocas sedimentarias que se distribuyen por gran parte de la cordillera Oriental y cuentan con determinadas características. Sin embargo, en otros casos, en la asignación de los nombres se ha incurrido en errores ortográficos y de localización.

De ahí que el análisis de la nomenclatura litoestratigráfica, que agrupa las rocas, juegue un rol importante para nombrarlas de forma adecuada y así obtener mapas geológicos, lo que finalmente incide en la formulación de políticas públicas.

En este ABC, el profesor Pedro Patarroyo Gama, del Departamento de Geociencias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, habla de las normas establecidas en la Guía Estratigráfica Internacional: Guía para la clasificación, terminología y procedimientos estratigráficos, la importancia de nombrar correctamente las rocas, y su aplicación en la cotidianidad.

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