Nairobi, 1 mar (EFE).- Los países ricos utilizan seis veces más recursos naturales y generan diez veces más impacto climático que los de renta baja, según el informe «Perspectivas de los Recursos Mundiales 2024» (GRO, en sus siglas inglesas), elaborado por el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA)

El informe  advierte ademas de que la extracción de los recursos naturales se triplicó en las últimas cinco décadas. Se trata de un trabajo realizado por un grupo de científicos expertos en recursos naturales auspiciado por el PNUMA que se ha  presentadoen la última jornada de la VI Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente (UNEA-6), que comenzó el pasado lunes en Nairobi.

Invertir la tendencia

El informe GRO, titulado este año «Invertir la tendencia: Caminos hacia un planeta habitable a medida que aumenta el uso de recursos», intenta mostrar que es posible y rentable desvincular el crecimiento económico de los impactos ambientales y del uso de los recursos.

La extracción de recursos naturales se triplicó en las pasadas cinco décadas, en relación con la construcción masiva de infraestructura en muchas partes del mundo y los altos niveles de consumo de materiales, especialmente en países de ingresos altos.

El informe concluye que el crecimiento en el uso de recursos desde 1970 de 30.000 a 106.000 millones toneladas –o de 23 a 39 kilogramos de materiales utilizados en promedio por persona al día– tiene impactos ambientales «dramáticos».

En general, la extracción de recursos y el procesamiento representa más del 60 por ciento de las emisiones que calientan el planeta y el 40 por ciento de los impactos de la contaminación del aire relacionados con la salud.

La extracción y procesamiento de biomasa (por ejemplo, cultivos agrícolas y silvicultura) representa el 90 por ciento de la pérdida de biodiversidad y el estrés hídrico relacionados con la tierra, además de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero.

De manera similar, la extracción y procesamiento de combustibles fósiles, metales y minerales no metálicos (arena, grava, arcilla) juntos representan el 35 por ciento de las emisiones globales.

Se espera que la extracción de materiales aumente un 60 por ciento para 2060 y «podría hacer fracasar los esfuerzos por alcanzar no solo los objetivos mundiales en materia de clima, biodiversidad y contaminación, sino también la prosperidad económica y el bienestar humano».

Así, el PNUMA pidió cambios radicales en las políticas con el fin de que la humanidad viva dentro de sus posibilidades y se reduzca en un tercio el crecimiento previsto del uso de recursos, al tiempo que crece la economía, mejora el bienestar y se minimiza el impacto ambiental.

Triple crisis planetaria

«La triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de naturaleza y la contaminación tienen su origen en una crisis de consumo y producción insostenibles.

Debemos trabajar con la naturaleza, en lugar de limitarnos a explotarla», denunció en un comunicado la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.

Andersen enfatizó la importancia de «reducir la intensidad de recursos de los sistemas de movilidad, vivienda, alimentación y energía».

«Es la única manera de que podamos alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y, en última instancia, un planeta justo y habitable para todos», aseguró.

En el texto también se destacó las desigualdades entre los países de renta baja, que generan diez veces menos impacto climático que los de renta media-alta, que duplicaron «con creces» el uso de lo recursos en los últimos cincuenta años.

El informe recomienda políticas para crear soluciones eficientes en el uso de los recursos, como institucionalizar la gobernanza de los mismos, mejorar la capacidad de los países para establecer objetivos para el consumo, o canalizar la financiación privada hacia el uso sostenible.

La UNEA-6, principal organismo de toma de decisiones ambientales del mundo y donde se presentó el informe, congrega hasta este viernes a más de 7.000 representantes de gobiernos, la sociedad civil y el sector privado», según el PNUMA, con sede central en Nairobi. EFEverde