Madrid, 8 mar (EFEverde).- El creciente interés comercial por la carne y el aceite de hígado de tiburones y rayas de aguas profundas está agravando la crítica situación de estas especies que, dada su baja tasa de reproducción, no pueden hacer frente a su sobreexplotación pesquera, hoy por hoy sin regular y a la que expertos internacionales urgen poner límites.
Según estudio publicado por la revista Science, en el que han participado 322 especialistas de todo el mundo durante 8 años, uno de cada siete tiburones y rayas de aguas profundas está amenazado de extinción, de acuerdo con los criterios de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La mayor amenaza para este grupo de megafauna, que pasa la mayoría de su vida a más de 200 metros de profundidad, es la sobrepesca, concluyen.
Fenómeno reciente
Aunque mayoritariamente han sido capturados de forma accidental durante la pesca de especies de importancia comerciales, tiburones y rayas de aguas profundas son ahora retenidos por su carne y el aceite de su hígado, ha advertido científica pesquera del Instituto Nacional de Investigación Acuática y Atmosférica (NIWA) de Nueva Zelanda Brittany Finucci.
Estas pesquerías no son nuevas, pero sí lo son la expansión global y la diversificación del uso y comercio de tiburones y rayas de aguas profundas, según el informe, en el que se subraya que estos vertebrados marinos se encuentran entre los más sensibles a la sobreexplotación debido a su extensa longevidad y bajas tasas reproductivas.
Sólo 12 crías en su longeva vida
«Algunas especies pueden tardar 30 años o más en madurar y, posiblemente, hasta 150 años en el caso del tiburón de Groenlandia, y sólo producen 12 crías en toda su vida», ha apuntado el profesor de la Unversidad Simon Fraser Nicholas Dulvy, profesor de la Universidad Simon Fraser.
Debido a su tamaño relativamente grande y a su amplia distribución, los tiburones y rayas de aguas profundas desempeñan un papel ecológico vital, concentrando y dispersando nutrientes a través de los hábitats de las profundidades oceánicas.
«Nuestros resultados resaltan que es tiempo de pensar en regular el comercio de aceite de hígado», ha aseverado la vicepresidenta de la Comisión de Supervivencia de Especies (SSC) de la UICN y presidenta del Grupo de Especialistas de Tiburones de UICN SSC, Rima Jabado.
«Ha habido un enorme éxito en la regulación del comercio de aletas de tiburón, pero se necesitan urgentemente regulaciones comerciales y pesqueras específicas para los tiburones y rayas de aguas profundas», según la experta, que ha añadido que es el momento de actuar para prevenir mayores amenazas».
Entre las opciones de protección figura la inclusión de especies en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
El estudio en cifras
El informe se enmarca en el proyecto Tendencias Globales de los Tiburones en el que colaboran la UICN SSC, la Universidad Simon Fraser, la Universidad James Cook y el Acuario de Georgia y financiado por el Fondo para la Conservación de Tiburones (Shark Conservation Fund).
En los trabajos, diseñados para evaluar el riesgo de extinción de los peces condrictios (tiburones, rayas y quimeras), han participado 322 especialistas de todo el mundo durante los 8 años en los que se prolongó el análisis.
El estudio evaluó 521 especies y clasificó 60 (11,5 %, más del doble que en la evaluación de 2014) en las categorías de amenaza de la UICN: en Peligro Crítico (9 especies), en Peligro (20) y Vulnerable (31).
Esta estadística incrementa a uno de cada siete (14,1%) si se asume que las especies con Datos Insuficientes están amenazadas en la misma proporción que las especies evaluadas.
Los condrictios constituyen la radiación evolutiva más grande y antigua de vertebrados y una de las tres clases taxonómicas de peces. Casi la mitad (45 %) de la diversidad global de todos los tiburones y rayas se encuentra en las profundidades oceánicas, añade el informe.
A partir de la década de 1990, la conservación de tiburones y rayas ha sido cada vez más considerada por los Organismos Regionales de Pesca (incluidas las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera) y en los tratados internacionales de vida silvestre, particularmente en CITES.
A través de diversas acciones asociadas, dirigidas principalmente a poner fin a la sobreexplotación de especies amenazadas, se ha requerido a los gobiernos miembros restringir la pesca y/o las exportaciones a niveles sostenibles, pero hasta la fecha el historial de cumplimiento de estos compromisos ha sido en general deficiente, añade el informe
A la fecha, los tiburones y las rayas de aguas profundas han sido ampliamente ignorados de estos esfuerzos. EFEVerde