Nueva York, 14 mar (EFE).- Ni los triunfos de Carlos Alcaraz (n.2) ni Jannik Sinner (n.3) en cuartos de final pudieron eclipsar a las grandes estrellas de la jornada este jueves en Indian Wells: las abejas que por cientos invadieron la pista central y obligaron a aplazar el duelo entre el español y Alexander Zverev (n.6) durante casi dos horas.
Solo se habían disputado 9 minutos de partido (1-1, 15-0 para Alcaraz) cuando el juez de silla ordenó detener el duelo en la pista central del torneo del desierto californiano porque esa «invasión de abejas» -en sus palabras- hacía imposible jugar.
El origen del problema era una ‘spidercam’, una cámara en altura que se mueve suspendida por cables y donde se habían instalado cientos de esos insectos voladores.
Alcaraz, que tenía a la mayoría de las abejas en su parte de la pista, sufrió una picadura sin mayores consecuencias y ambos tenistas se fueron corriendo al vestuario.
El origen del problema era una ‘spidercam’, una cámara en altura que se mueve suspendida por cables y donde se habían instalado cientos de esos insectos voladores.
Entonces entró en acción el inesperado salvador de la jornada: un apicultor que, armado con una aspiradora y asombrosamente sin ningún tipo de protección en la cara o las manos más allá de unas gafas de sol, se encargó de retirar las abejas de esa cámara y también de la pista y las primeras filas de las gradas.
El apicultor fue recibido entre aplausos por los fans y con sonrisas por los tenistas ya de vuelta en la pista, aunque Alcaraz no las tenía todas consigo cuando se reanudó el duelo porque seguía encontrando algunas abejas aisladas por ejemplo en su ropa y objetos.
Ya en la rueda de prensa, Alcaraz aseguró que este fue «el partido más inusual» que ha disputado en su carrera.
«Nunca había experimentado algo así. Nunca había visto algo así. Creo que recordaré este partido por eso. Creo que todo el mundo recordará esta situación y lo encontrará algo divertido, por supuesto», apuntó.
«Estaba listo para servir cuando vi abejas alrededor, pero pensé que eran solo unas pocas, no muchas. Pero vi al cielo y había miles: volando, atascadas en mi pelo, yendo hacia mí. Era una locura. Una de ellas me picó. Intenté alejarme de ellas pero era imposible», contó.
«No voy a mentir: tengo un poco de miedo a las abejas», dijo el español entre risas y en declaraciones a ATP.
EFEverde