Members of the Wayuu ethnic group wait under a tree as others queue to be seen by doctors of the US army in the sector "Tres Bocas", northern Colombia, on the border with Venezuela, on March 13, 2020. Military personnel and doctors from Colombia and the United States carried out joint exercises near the border with Venezuela, aimed at facing hemispheric threats and humanitarian crises, said the spokespeople for both countries. (Photo by Juan BARRETO / AFP)

La relación entre el espacio y la sociedad hace referencia a cómo el pueblo wayuu se desenvuelve en su territorio, cómo interactúa con su entorno y cuáles son las consecuencias sociales y culturales de ciertos factores climáticos sobre los patrones de ocupación. Los eventos experimentados en este espacio están influenciados por sus creencias y por leyes terrenales que promueven el respeto hacia lo natural y lo espiritual.

Alexis Carabalí Angola |

Alcides Rafael Daza Daza | Universidad de La Guajirashare

El territorio desde la visión wayuu está formado por representaciones que son fundamentales para fortalecer la identidad cultural de la etnia. Fuente: Juan Barreto / AFPEl territorio desde la visión wayuu está formado por representaciones que son fundamentales para fortalecer la identidad cultural de la etnia. Fuente: Juan Barreto / AFP

El territorio se puede entender como un sistema que engloba tanto el conocimiento de la tierra en su sentido más básico como la regulación normativa de los seres humanos y los espacios y seres sobrenaturales. En el territorio está lo espacial –donde sucede la vida de todos– y lo cultural: lo que ese pedacito de espacio significa para sus pobladores, donde se da la interacción entre lo terrenal y lo divino, y en donde se experimenta tanto la paz como el conflicto. También permite mirar y comparar entre el pasado y el presente para dar cuenta de los cambios y las permanencias. El territorio ayuda a definir cómo se organiza la población a través de sus estructuras sociales y establece los elementos de la identidad cultural de los pueblos.

Precisamente los territorios ancestrales están formados por límites que definen las fronteras de una comunidad. Por lo tanto, culturas como la wayuu trazan líneas divisorias, a menudo imaginarias, que separan el dominio territorial entre las familias. Sin embargo, es importante destacar que estas demarcaciones no siempre impiden que ciertas actividades tradicionales como la cría de animales y la utilización de recursos naturales se lleven a cabo, sin restricciones, entre las comunidades vecinas.

En este sentido, el pueblo wayuu es un grupo étnico que ha habitado la península de La Guajira durante siglos y que se encuentra distribuido entre los territorios de Colombia y Venezuela. Son considerados como uno de los grupos amerindios más diversos, con una historia marcada por desafíos climáticos y luchas por preservar sus tierras. Estas comunidades viven en áreas donde el agua es escasa, lo que define la forma en que se establecen. Como resultado, se ven obligados a trasladar cada cierto tiempo –según los rigores climáticos– sus actividades ancestrales de subsistencia, como la pesca, la cría de ganado y la agricultura, a regiones con mejores condiciones climáticas.

Partiendo de lo anterior, dentro de la cultura wayuu el nombre de sus comunidades procede muchas veces de hechos reales ligados al mundo espiritual que han ocurrido en un espacio y tiempo específicos durante el desarrollo de sus actividades cotidianas. De la misma forma, existen otros aspectos importantes que evidencian cómo la mitología influye en las dinámicas territoriales; muchos espacios de la geografía guajira son vistos por la etnia wayuu como sitios de respeto. En este aspecto, es posible encontrar zonas que dejan de ser habitadas por la población por temor a los espíritus, por ejemplo cerca de los jagüeyes (reservorios de aguas lluvias).

Autores como Chacín (2016) y Rappaport (1992) afirman que, para el pueblo wayuu, la tierra es un espacio sagrado donde se crea la humanidad. También coinciden en definir la cosmovisión como el conjunto de representaciones sociales que una comunidad puede tener de su territorio y el valor cultural que este adquiere como un espacio propio para el desarrollo de las interrelaciones. En general, el territorio es fundamental para definir la cosmovisión del grupo, ya que la cultura y el espacio forman el territorio y este último define la identidad al configurar una forma de ser humano. Así, el pueblo wayuu se convirtió en wayuu en La Guajira gracias a la territorialización, al igual que los kogui y los otros tres pueblos de la sierra, por la territorialización de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Según Pineda Giraldo (1986) y Paz Ipuana (2016), en el simbolismo y las representaciones del territorio realizadas por el pueblo wayuu se pueden identificar aspectos que revelan la forma en que interpretan el origen del mundo terrestre. Según su visión, el principio formador de las estrellas, la Luna, el mar y la Tierra surge de la complejidad de la noche. Los fenómenos lunares tienen influencia en las dinámicas de uso del territorio.

El territorio es fundamental para definir la cosmovisión del grupo, ya que la cultura y el espacio forman el territorio y este último define la identidad al configurar una forma de ser humano. Fuente: Joaquìn Sarmiento / AFPEl territorio es fundamental para definir la cosmovisión del grupo, ya que la cultura y el espacio forman el territorio y este último define la identidad al configurar una forma de ser humano. Fuente: Joaquìn Sarmiento / AFP

En la oscuridad habitan seres portadores de muerte, relacionados con pulowi, un ser mítico femenino o masculino –según la región en que aparezca– propietario de la riqueza del territorio terrestre y marino. La oscuridad representa la noche y de ella emanan todos los peligros, ya que pulowi prefiere los momentos en que el sol se oculta. Según la cultura wayuu, el mundo está habitado por espíritus que recorren los diferentes espacios de la geografía guajira durante la noche. La tierra es el refugio de seres sobrenaturales y su presencia condiciona la forma en que la población aprovecha los recursos naturales que se conservan en ella.

Es importante destacar que, al hablar en este escrito sobre la relación entre el espacio y la sociedad, nos referimos a cómo el pueblo wayuu se desenvuelve en su territorio, cómo interactúa con su entorno y cuáles son las consecuencias sociales y culturales que ciertos factores climáticos han tenido en los patrones de ocupación. Si analizamos la importancia de la noche dentro del mundo mitológico encontramos que la oscuridad se convierte en el escenario propicio para que los espíritus emerjan de las fuentes de agua con el propósito de apoderarse de las almas de los individuos que se encuentren en las proximidades de los jagüeyes, durante la noche.

Otro aspecto importante para resaltar está relacionado con la representación de los cementerios en la cultura wayuu. Desde la perspectiva de la etnia, estos lugares son considerados sagrados, ya que es donde el espíritu abandona el cuerpo y deja el mundo terrestre para reunirse en el Jepira (lugar de encuentro de las almas) y comenzar una nueva vida después de la muerte. Los cementerios son espacios de respeto y encuentro, donde los diferentes clanes acuden para despedir a un ser terrenal. También son el escenario de rituales que fortalecen los lazos de hermandad entre los parientes. Por eso los cementerios se construyen en áreas alejadas de las rancherías (conjunto de viviendas), con el objetivo de mantenerse apartados de yoluja (espíritu maligno).

Por otra parte, dentro de los territorios encontramos las actividades de crianza y pastoreo de animales (chivos); en la cultura wayuu los chivos son encerrados en corrales de madera, pero durante el día se les permite vagar libremente y alimentarse de lo que la naturaleza les ofrece. Antes de que el sol se oculte, los pastores salen a buscar a sus animales para protegerlos y encerrarlos durante la noche, evitando así los peligros. En muchas ocasiones la falta de lluvia hace que los animales tengan que buscar alimento y agua a largas distancias, para sobrevivir. Dentro de la cultura wayuu, el desplazamiento libre de los animales de un lugar a otro representa la reciprocidad y muestra que, en circunstancias como estas, los límites entre las comunidades están determinados por valores que promueven el bienestar común de la misma etnia.

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