El Villarreal cayó en La Cerámica (1-2). Los amarillos perdieron en un duelo en el que merecieron más, marcado por la igualdad y un ritmo de juego frenético. En un auténtico correcalles, le salió cruz al Submarino, que pasó del posible 2-1 al duro golpe del 1-2 a pocos minutos del final. De un posible gol de Dani Parejo, que se marchó por muy poco, a el tanto de Saúl, que le concedió el triunfo a los atléticos.
El Villarreal volvía del parón liguero tras una fantástica racha liguera en la que llegó a acumular hasta nueve encuentros sin conocer la derrota en el campeonato doméstico. Impresionantes cifras que ilusionaban y hacían soñar a los groguets con una ‘escalada’ liguera, cuya cima es la lucha por los puestos europeos, que tan lejos han estado durante la primera parte del curso.
Para acercarse a este objetivo, el primer escollo era superar al Atlético de Madrid, un desafío tremendamente complicado al tratarse de uno de los mejores equipos y más correosos de toda la Primera División.
Los primeros minutos fueron una demostración de poder de ambos conjuntos, que pelearon por hacerse con el balón en un duelo que prometía ser completamente de ida y vuelta.
En el minuto 6, Samuel Lino pudo adelantar al equipo visitante. Un fantástico Filip impidió el 0-1 con una parada descomunal, en la que sacó un pie providencial. Inmediatamente después, en el 8’, Witsel remató a gol un saque de esquina botado desde el flanco izquierdo. Con el testarazo del belga, se adelantaba el Atlético en La Cerámica (0-1).
Verse por debajo en el marcador no amedrentó al Submarino que buscó el tanto de la igualada en un duelo que mantenía un ritmo frenético. Guedes lo intentaba con una internada fantástica que solventó Witsel cuando el portugués buscaba el pase atrás en el interior del área. Sin tregua, el Atlético replicó con un disparo de Llorente que volvió a detener Filip con otra auténtica parada de libro.
En los últimos compases, las constantes imprecisiones en campo contrario impidieron que el equipo de Marcelino acumulase más oportunidades de gol en una primera parte en la que faltó algo de precisión y sosiego a la hora de elaborar las jugadas.
En el arranque del segundo tiempo, el Villarreal igualó la contienda con un tanto de Sorloth. El noruego batió a Oblak con un izquierdazo preciso al palo lejano. La acción del tanto groguet nació de un robo de Coquelin y vino precedido por una asistencia de Gerard en la frontal del área.
El 1-1 volvió a animar lo que estaba siendo un auténtico partidazo. El ritmo del primer tiempo no solo se mantuvo, sino que aumentó con creces durante los primeros minutos de la segunda mitad.
Llegado el ecuador del segundo acto, Marcelino comenzó al carrusel de cambios en la escuadra local. Primero ingresaron Baena y Comensaña. Luego dio entrada a Morales. Y por último a Traoré y Pedraza, que volvía a los terrenos de juego tras superar una lesión que le ha tenido lejos del verde durante varios meses. Piernas frescas para afrontar un final de infarto.
En el minuto 74, Mosquera pudo convertir el 2-1 con un disparo desde la frontal en el que le pegó algo mordido y detuvo Oblak. Solo dos minutos después, Morata conectó un centro desde la derecha con un remate que paró Filip blocando el cuero.
Los groguets rozaron de nuevo el segundo a 5’ del final. Tras una gran intercepción en zona de peligro, Álex Baena condujo hasta el interior del área, se internó y con el tacón cedió atrás para Dani Parejo, que llegaba de segunda línea para pegarle. Su disparo se marchó desviado por encima de la portería.
En un partido tan abierto, el Atlético respondió con contundencia haciendo el 1-2 en la jugada inmediatamente posterior. En una de las pocas oportunidades claras de gol que tuvo en la segunda mitad, asestó el golpe de gracia. Nada pudo hacer Filip en un disparo muy escorado de Saúl.
Con crueldad y tras muchísimo esfuerzo de los amarillos, se le escapó el partido al Villarreal, que mereció puntuar ante su afición en un duelo frenético y con mucho ritmo.
villarrealcf.es