Madrid, 10 abr (EFEverde).- Los desafíos financieros están en el centro de la crisis mundial de desarrollo sostenible, ya que la carga de la deuda impide que los países en desarrollo respondan a la confluencia de crisis que enfrentan, por lo que solo un aumento billonario de la financiación y una reforma de la arquitectura financiera internacional serviría para rescatar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Lo apunta Naciones Unidas en su nuevo Informe sobre la Financiación para el Desarrollo Sostenible 2024: La financiación para el desarrollo en una encrucijada (FSDR 2024)  en el que apunta que se necesitan movilizar financiación a gran escala con el fin de cerrar el déficit de fondos para el desarrollo, que ahora se estima en 4,2 billones de dólares anuales, frente a los 2,5 billones de dólares anteriores a la pandemia de COVID-19. Esto representa un aumento de más del 50% con respecto a las estimaciones previas a la pandemia.

ODS en la encrucijada

La Vicesecretaria General de las Naciones Unidas, Amina J. Mohammed ha apuntado que «realmente estamos en una encrucijada y el tiempo se acaba. Los líderes deben ir más allá de la mera retórica y cumplir sus promesas. Sin una financiación adecuada, no se podrán alcanzar los objetivos para 2030″.

Cuando apenas faltan solo seis años para alcanzar la fecha de cumplimiento de los ODS, los avances en materia de desarrollo se están revirtiendo, especialmente en los países más pobres.

Si las tendencias actuales continúan, la ONU estima que casi 600 millones de personas seguirán viviendo en la pobreza extrema en 2030 y más allá, más de la mitad de ellas mujer, explica Naciones Unidas en un comunicado.

Desastres climáticos

Los desastres relacionados con el clima, más fuertes y frecuentes, representan más de la mitad del aumento de la deuda en los países vulnerables. Los países más pobres gastan ahora el 12% de sus ingresos en el pago de intereses, lo que supone cuatro veces más de lo que gastaban hace una década. Aproximadamente el 40% de la población mundial vive en países donde los gobiernos gastan más en el pago de intereses que en educación o salud.

El informe señala también que la Ayuda Oficial al Desarrollo  (AOD) de los países de la OCDE y los compromisos de financiación climática no se están cumpliendo. Si bien la AOD aumentó a un máximo histórico en 2022, alcanzando los 211 mil millones estadounidenses, desde los 185,9 mil millones de 2021,

Gran parte del crecimiento provino de la ayuda a los refugiados que viven en países donantes, y el monto total es insuficiente para el desarrollo. Solo cuatro países alcanzaron el objetivo de ayuda de las Naciones Unidas del 0,7% del PIB en 2022.

El informe señala que la Cumbre del Futuro de la ONU en septiembre de 2024 es una oportunidad crucial para cambiar de rumbo. Destaca la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo (FpD4), que se celebrará en junio de 2025, como el momento crítico para que los países se comprometan a cerrar la brecha de financiación para el desarrollo e inviertan en la consecución de los ODS.

Según la ONU se necesitan cuatro acciones:

  • Cerrar las brechas de financiamiento para las inversiones climáticas y de los ODS (tanto públicas como privadas) a escala y con urgencia;
  • Cerrar las brechas en materia de políticas y arquitectura, y reformar las instituciones internacionales;
  • Cerrar las brechas de credibilidad y los déficits de confianza tanto a nivel internacional como nacional; y
  • Formular y financiar nuevas vías de desarrollo.

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