Gvardiol y Haaland salvan una salida complicada a Nottingham

El City logró ganar 0-2 ante un Forest que rondó el gol sobre todo en el tramo final de la primera parte y en el inicio de la segunda. Triunfo de oficio con unos brillantes Gvardiol, De Bruyne y un letal retorno de Haaland.

El encuentro en el City Ground llegaba con un registro que ayudaba a poner en perspectiva lo que está construyendo Pep Guardiola con los mancunianos en la Premier League. El técnico catalán llegaba a los 300 partidos en la Premier League, el decimonoveno mánager en alcanzar esta marca. 

En la previa del duelo, aunque el City es consciente que debe centrarse en él mismo, inevitablemente tocaba mirar de reojo el resultado del Arsenal. Los Gunners visitaban el Tottenham Hotspur Stadium, que tantos problemas nos ha dado en las últimas temporadas. Con sufrimiento, sí, pero los de Arteta vencieron 2-3.

Por si quedaba alguna duda, está más que claro que cualquier concesión en forma de no victoria puede ser definitiva para quitarnos las opciones de vencer la cuarta Premier League consecutiva.

Pese a que no habían pasado ni 72 horas desde el duelo en Brighton, saltamos al City Ground de Nottingham con sólo dos cambios en el once: Grealish y Doku entraban por Kovačić y Foden, que no estuvo en la convocatoria. Sí que lo hizo Haaland ya, que empezó en el banquillo.

Los Tricky Trees, en plena lucha por el descenso, estaban relativamente contentos de los resultados de sus rivales: el Burnley empató y el Luton Town perdió, por lo que se aseguraban estar fuera de la zona roja aunque perdieran.

Con todos estos condicionantes, los de Pep Guardiola saltaron al campo. Sin margen de error. A por la victoria.

EL VUELO DE GVARDIOL

En los primeros 15 minutos, los Skyblues tuvieron un par de oportunidades que nacieron con un denominador común: el robo en salida. 

En la más tempranera, Rodri rebañó, Grealish habilitó y De Bruyne definió bien rasa al palo largo, pero se encontró a Sels. En la de después, Julián recuperó y Doku remató con mala idea desde la frontal. Se le fue a la derecha.

Pasada la media hora, los avisos daban paso a las certitudes. En un córner servido desde la derecha magistralmente por Kevin De Bruyne, Gvardiol se hizo gigante y eterno. 

El croata se anticipó a su marca con un arranque en velocidad sensacional y remató de cabeza con mucha fuerza en una posición muy complicada con un giro de cuello de killer. Inalcanzable. Tercer gol para él en sus últimas cinco apariciones.

En los últimos encuentros, los goles del City solían liberar al equipo, que ya no jugaba con la presión de tener que adelantarse en el marcador ante un rival que se conformaba con el empate. No fue así. Para nada.

En el 38, nos salvamos de milagro. Chris Wood no acertó a rematar de primeras un balón de primeras con Ederson prácticamente vencido. Era gol cantado. También lo pareció la última de la primera mitad. Murillo con un remate poco ortodoxo a sólo dos metros de la portería no logró dirigirla entre los tres palos. El portero brasileño también estaba vencido.

El descanso parecía un buen remedio. Además, un Ederson ranqueante pudo ser sustituido por Stefan Ortega Moreno y Kovačić entró por Doku para aportar más control al centro del campo.

HAALAND ALIVIA

Sin embargo, en la primera de la segunda parte se nos volvió a encoger el corazón. Elanga le ganó un duelo a Walker y le tiró el pase de la muerte a Wood. Con un remate certero, parecía que llegaba el empate, pero emergió con la capa de superhéroe Gvardiol, indestructible esta tarde, para sacarla sobre la línea.

Los de Guardiola sufrían y el primer tramo de la segunda parte fue de los locales. Para volver a agitar el avispero, Haaland entró por Grealish. Funcionó a las mil maravillas. Ya en la primera que tuvo, el noruego combinó con De Bruyne y Julián Álvarez terminó chutando por encima del travesaño.

Después, para seguirnos sacudiendo la presión de encima, Kevin De Bruyne nos dejó un barrenazo marca de la casa desde fuera del área que Sels mandó a córner con una gran estirada.

Se crecía el City. Se liberaba los nervios de unos minutos complicados. Más aún cuando el dúo que tantas travesuras lleva haciendo en estas dos últimas temporadas conectaba.

En el 71, Kevin De Bruyne le servía un buen balón a Erling Haaland, que el noruego se encargó de convertir en excelente. Con un buen dribling, se deshizo de su marca y definió raso con la diestra ante la salida de Sels. 0-2. La máquina del gol nos devolvía la calma.

Con la doble ventaja en el marcador, en los últimos 20 minutos no tuvimos problemas para gestionar una victoria más sufrida de lo que puede parece en un análisis frío. Con un Arsenal que no pierde fuelle, los de Guardiola saben la receta de siempre: ganar, ganar y volver a ganar.

mancity.com