Por (*) Sheila Noda
Madrid (EFEverde).- Conocer un país, descubrir la autenticidad de su gente y su cultura desde el respeto a los ecosistemas y la promoción de beneficios socioeconómicos para las comunidades locales es la filosofía de Trip to Help, una agencia online de viajes responsables y regenerativos, que desde Barcelona busca fomentar el turismo sostenible y promover el desarrollo.
La compañía, creada en 2022 por Raquel Priego y Xavier Claveria, obtuvo el premio Oro, en los World Responsible Tourism Awards 2024, celebrados en la feria anual de turismo internacional World Travel Market, en su edición africana. Merecieron el galardón en la categoría de “Defensores de la diversidad cultural”, siendo en esta edición la única empresa reconocida no sólo de Europa, sino del denominado Norte Global.
Tanzania, Kenia y Perú son los destinos a los que actualmente llega Trip to Help, y en ellos han aportado más de 70.000 euros a los proyectos con los que colaboran, contribuyendo así con sueldos para personas locales, alojamientos sostenibles y la escolarización de más de 3.000 niños y niñas.
Una huella positiva en las comunidades
En Trip to Help sus fundadores han canalizado su experiencia, tanto profesional como personal, su visión de viajeros y la necesidad de un cambio en el estilo de vida. Xavier es economista, fundó su propio ecommerce de bicicletas Santafixie.com, del que fue CEO durante 9 años. Mientras que Raquel es periodista y se desempeñó como directora de comunicación y marca de startups y scaleups nacionales, europeas y norteamericanas.
A partir de sus viajes a Centroamérica y Sudamérica y de su luna de miel en Tanzania tenían la vivencia de que el conocimiento de nuevas culturas puede influir en la conciencia ambiental, pero también fueron testigos de como el turismo perpetúa las desigualdades.
“La mayoría de los guías locales no están contratados de forma fija, con un sueldo mensual y en muchos casos sólo reciben propinas. Es una situación que perpetúa las malas condiciones laborales, la injusticia social, las diferencias y el enriquecimiento de pocos a costa de muchos”, contó Raquel Priego a EFEverde.com.
Romper la cadena y aportar fue la simiente de Trip to Help, “somos conscientes de que todo el turismo tiene impacto negativo”, dice, por lo que su aspiración es hacer que las actividades turísticas tengan una repercusión positiva. “Cuando estás allí, y convives con la gente local, te das cuenta de las deficiencias y de cómo el dinero del turismo no se queda en el territorio y la cadena de valor turística se va diluyendo en empresas occidentales, en hoteles que no son de allí, y en el mejor de los casos dan un 3% de los beneficios a una ONG.
“Nuestra filosofía es que de todo lo que generemos el 80 % se queda en el territorio y el resto nos ayude a seguir descubriendo lugares”, asegura.
Por su parte, Xavier Claveria afirma: “Queríamos demostrar que se puede hacer una luna de miel o un viaje, en el que inviertes mucho dinero, teniendo un impacto en el territorio. Que la población pueda vivir gracias a tu visita, en vez de que tu estancia allí los afecte. Hacer que el privilegio de viajar se invierta en desarrollo a largo plazo”.
Enemigos del volunturismo
Xavier y Raquel rechazan las prácticas del volunturismo, en las cuales el engranaje turístico gira en torno a la persona que va a ayudar a cambio de unos días de descubrimiento, mientras el dinero que se genera no contribuye a un cambio en educación, asistencia sanitaria, empoderamiento femenino o potabilización del agua.
Los jóvenes emprendedores con Trip to Help promueven experiencias auténticas, conocen en profundidad cada ruta antes de proponerla y colaboran con ONGs, asociaciones y proyectos de desarrollo en las comunidades, desde donde se deciden las actividades, las coordinan y ejecutan.
En este concepto las comunidades en colaboración directa con agentes de cambio y conservación se convierten en partícipes y líderes que emplean el turismo como herramienta de transformación social y no como una consecuencia de la necesidad y la falta de oportunidades.
“Nosotros no nos ponemos las botas con los viajeros y nos vamos de ruta. No me voy a un territorio que no es el mío, no me aprovecho de los recursos naturales y de la riqueza cultural de un lugar, no la hago como propia. No seremos nunca guías en un territorio que no es el nuestro, confiamos en las personas que son realmente profesionales en el sector y en el desarrollo a largo plazo”, comenta Raquel.
En estos años, cuentan, han visto a las organizaciones con las que trabajan inaugurar escuelas y en Tanzania han sido testigos de la ampliación del centro médico y la incorporación de especialidades como ginecología, oftalmología, análisis clínico y medicina preventiva, además de la creación de pozos de agua.
Señalan que si en los territorios, por ejemplo, Tanzania la población es suficiente y puede seguir de manera autónoma con estructuras que cubren la educación y la sanidad, entonces irán a otro proyecto.
Vivir en consonancia con el turismo responsable
Trip to Help no actúa como guía, sino como impulsor e intermediario de prácticas turísticas regenerativas, aspecto que sus fundadores consideran que fue clave para ganar el premio, “somos una gota en medio del océano. Al final requiere renunciar a más beneficios, podríamos irnos a vivir a Tanzania y crear una agencia. No lo vamos a hacer, porque vivimos en consonancia con lo que creemos que debería ser el turismo, aunque está muy lejos de conseguirse”, apunta Raquel.
“Cuando empezamos no había tantas búsquedas de viajes alternativos, sostenibles, con impacto o regenerativos. Ahora sí que hay, el mercado va evolucionando. La generación de mis padres no se preguntaba nada cuando viajaba, esta generación sí se hace preguntas; entonces hay un camino de esperanza”, asegura.
Para Xavier, lograr un turismo cada vez más sostenible transita por priorizar no solo el PIB, sino el índice de desarrollo humano en las economías. “Un país puede tener un PIB muy alto y la población estar dañada a nivel de educación, acceso a la sanidad o a la esperanza de vida, de ahí que el crecimiento económico debe ser un espejo más equitativo del bienestar de la población”. EFEverde