Ana Tuñas Matilla
La reunión interseccional del clima de Bonn, encuentro en el que cada año se busca preparar el terreno de cara a la Conferencia del Clima de la ONU (COP), ha cerrado en esta ocasión sin avances significativos para acelerar la lucha y la financiación climática mientras el mundo encadena doce meses de temperaturas récord o países como India, México o Grecia sufren olas de calor extremas.
Entre los progresos, los tímidos pasos dados para que en la COP29 de Bakú se logre el que sería el acuerdo «estrella» del próximo cónclave climático: elevar para el periodo 2025-2035 el objetivo de financiación climática, ahora fijado en 100.000 millones de dólares al año (y a cargo de los países OCDE).
Presidente COP29: cambio de ritmo radical
A la conclusión del encuentro de Bonn, el propio presidente designado de la COP29 de Bakú (Azerbaiyán), Mukhtar Babayev, ha señalado que pese a los progresos hechos se necesita «un cambio radical en el ritmo de nuestro trabajo».
«Para ello, Azerbaiyán está intensificando sus esfuerzos y estamos comprometidos con la integración del compromiso político en apoyo de los debates sustantivos en curso», ha dicho en un comunicado Babayev, encargado de dirigir las negociaciones en la COP29 que se celebrará del 11 al 22 de noviembre.
La ONU: separar lo técnico de lo político
«Hemos dado modestos pasos adelante, pero nos desviamos en el camino hacia Bakú. Quedaron demasiados asuntos sin resolver y nos hemos quedado con mucho por hacer de aquí al final de la COP29», ha lamentado el secretario ejecutivo de Cambio Climático de la ONU, Simon Stiell.
Por ello, el máximo responsable climático de Naciones Unidas ha instado a las partes a no dejar el trabajo «más duro» para el último momento y ha advertido de que «seguir como hasta ahora es una receta para el fracaso en la financiación climática y en muchos otros frentes».
«No podemos seguir aplazando los problemas de este año hasta el año que viene. Los costes de la crisis climática -para la población y la economía de todos los países- no hacen sino empeorar», ha aseverado Stiell, que ha considerado que si de verdad se quiere avanzar y llegar a acuerdos en Bakú «debemos separar lo técnico de lo político» y «acelerar y prepararnos para subir el nivel».
Ecologistas: una nueva decepción
Desde Ecologistas en Acción, han criticado que Bonn haya acabado «sin alcanzar acuerdos ni textos importantes y posponiendo a futuras sesiones decisiones que faciliten nuevos compromisos de los gobiernos en la COP29 de Bakú».
Para la organización verde, el choque entre el Norte y algunos países del Sur global ha puesto en peligro el cumplimiento del Acuerdo de París en Bonn, después de que los primeros se hayan negado a cifrar e, incluso, a valorar las propuestas del nuevo objetivo de financiación climática global que se tiene que aprobar en Bakú.
Además, las potencias petroleras se niegan a avanzar en el programa de mitigación y a cumplir con lo acordado en la COP28 de Dubái: transicionar hacia un mundo sin combustibles fósiles, ha afirmado Ecologistas en Acción.
Para WWF, los resultados de Bonn muestran la «falta de urgencia» de los negociadores y han criticado que dos semanas de trabajo se hayan saldado «con pocos avances en cuestiones clave» y sin cumplir con las expectativas a pesar de la urgencia necesaria para acelerar la escala y el ritmo de la acción climática.
Esto socava el impulso necesario para garantizar resultados sólidos en la COP29, según WWF, que ha apuntado que mientras los países en desarrollo deben tener confianza en que habrá financiación disponible para implementar planes ambiciosos de mitigación y adaptación, los países desarrollados han perdido otra oportunidad de manifestar sus intenciones.
WWF ha pedido a los países desarrollados duplicar la financiación de adaptación, así como que incrementen sustancialmente las aportaciones Fondo de Pérdidas y Daños
Por su parte, Greenpeace ha criticado que la conferencia de Bonn ha terminado «en un punto muerto» en lo que respecta al necesario aumento de las medidas en mitigación para 2030 y se ha estancado el progreso en materia de financiación climática.
En el centro de la cuestión, cuál debe ser la nueva cifra de financiación climática y, lo más polémico, qué nuevos países deberían pasar a hacer aportaciones dado su crecimiento económico y, por ende, contribución a las emisiones. (como pudiera ser el caso de China).
Para Greenpeace, que los delegados en Bonn no haya logrado avanzar significativamente en las conversaciones sobre los objetivos clave interrelacionados de financiamiento climático y mayor ambición, «muestra una desconexión con la necesidad urgente de abordar los impactos acelerados del cambio climático».
Lo acordado y lo que queda pendiente
Según ha resumido la propia ONU, en Bonn:
– Las Partes optimizaron el contenido que se incluirá en el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado sobre Financiación Climática. Por contra, la definición de opciones claras y el marco sustantivo para un proyecto de decisión deben ultimarse antes de llegar a la COP29.
– Las Partes tomaron medidas para que los indicadores de adaptación tengan una visión de futuro y sean eficaces y científicamente sólidos.
– Se avanzó hacia un mejor funcionamiento del mercado internacional del carbono, pero aún queda trabajo por hacer.
– Las Partes trabajaron a favor de la transparencia y se apoyaron mutuamente en la planificación de planes de acción climática más sólidos.
EFEverde