Sheila Noda Alonso

Madrid, (EFEverde). – España es uno de los países europeos más vulnerable a la desertificación, con más de 9 millones de hectáreas catalogadas como zonas con un riesgo alto o muy alto, según el WWF; cambiar esa realidad y transformar, mediante la reforestación, el color amarillo que cubre el territorio es la aspiración que durante seis años ha motivado a ReTree, una startup enfocada en proteger y fortalecer la naturaleza frente al cambio climático mediante la reforestación inteligente. 

Con más de 100.000 árboles plantados en terrenos de Madrid, Huesca, Teruel, Valladolid, Cantabria, Almería, Valencia, Toledo, Extremadura y Barcelona, el proyecto combina el interés de las empresas por compensar su huella de carbono con el imperativo de restaurar ecosistemas y potenciar el empleo rural.

“Siempre se había buscado a los bosques por lo que podían dar, para obtener madera, pero son más que eso. Nos dan vida. En ReTree nuestro cliente realmente es el bosque, la naturaleza, y como nunca se había tenido ese enfoque, tuvimos que cambiar totalmente y romper con lo que se venía haciendo”, afirma en entrevista con EFEverde.com Pedro Pérez de Ayala, CEO y fundador de la empresa.

Un equipo integrado por ingenieros aeroespaciales, electromecánicos e industriales, biólogos, informáticos y especialistas en ciencias ambientales, finanzas y comunicación se enfocan en “alinear los bosques con las necesidades de quienes los impulsan” y a base de innovación tecnológica han redefinido la medición de la compensación de carbono y el impacto medioambiental de las reforestaciones.

De izquierda a derecha Javier Carbajal, colaborador; Marcos Varela, del Departamento de Generación de Bosques; Pedro Pérez de Ayala, CEO y fundador de ReTree; y Sandra Martín, colaboradora. EFEverde / Sheila Noda Alonso

Reforestación inteligente

Pérez de Ayala comenta que antiguamente las empresas no querían invertir porque había demasiada incertidumbre y aunque en el sector de la reforestación aún se continúa midiendo el CO2 de los bosques con la misma metodología que se utilizaba hace casi 100 años, desde ReTree apuestan por la tecnología. Al igual que miden en tiempo real el carbono que absorbe cada árbol también ofrecen el seguimiento constante de las plantas, para garantizar así la trazabilidad de las inversiones.

El ingeniero industrial advierte que en aras de esa transparencia cada empresa con la que trabajan asume el compromiso de comunicar en sus memorias de sostenibilidad sólo la información documentada y certificada por ReTree, a la vez que deben establecer un plan de reducción de emisiones; estrategia que contribuye a la Ley del Clima de la UE, a la neutralidad climática para 2050, y a evitar el greenwashing.

A través de imágenes de satélites de misiones espaciales de la NASA y de la ESA obtienen datos que, unido a la información meteorológica, de beneficio hídrico y los análisis químicos en el suelo, nutren algoritmos propios calibrados constantemente con inteligencia artificial y que permiten entender el funcionamiento fotosintético de las plantas.

Tecnología a disposición de los bosques

“No hemos inventado ninguna tecnología, solo hemos puesto la que existe a disposición de los bosques. Ahí es donde está nuestra verdadera innovación. Hemos pasado de las mediciones antiguas que se hacían a nivel bosque cada cinco años y de forma estimada a tener un cálculo de cada árbol por hora”, asegura Pérez de Ayala. 

Reforestación en terrenos de la sierra de Madrid, un área que se deforestó en la Guerra Civil y está destinada a la agricultura. EFEverde/Sheila Noda Alonso

Los esfuerzos por reforestar y revitalizar los ecosistemas se ven afectados por la ocurrencia de incendios y en España cada año ocurren una media de 11 700 siniestros. “Son nuestro mayor enemigo y tenemos que hacer todo lo posible para que no ocurran o para detectarlos y actuar lo antes posible”, sostiene Pérez de Ayala.

“Diseñamos un prototipo en el que colocamos una cámara que es capaz de detectar humo y llamas, y una vez identificados ya sea en uno de nuestros bosques o de los alrededores, se envía un SMS al equipo de ReTree y a los bomberos. La vigilancia se realiza cada 20 segundos y el tiempo de reacción es muy rápido”, señala el emprendedor. 

Más que plantar árboles, crear bosques

El proyecto promueve una reforestación de impacto y en el momento de generar un bosque, según cada terreno, priorizan las especies autóctonas adaptadas a la evolución de los suelos y, como segunda opción, apuestan por otras pioneras, pero que se ajusten mejor a las características del terreno y tienen más posibilidades de sobrevivir.

“Las reforestaciones por lo general se hacían en zonas buenas, porque el objetivo era que los árboles nacieran y que crecieran muy bien para vender la madera. En cambio, nosotros vamos a zonas muy complicadas donde hay una necesidad enorme de que los árboles crezcan. Vamos a terrenos que no se van a regenerar solos, nos centramos en zonas degradadas, en riesgo de desertificación o degradándose, es decir, que no hay una recuperación ecosistémica”, detalla el CEO de ReTree. 

Más que plantar árboles, reconstruyen los suelos y fijan biodiversidad a partir del mantenimiento de los bosques con riegos, principalmente durante los primeros años y en épocas de verano, además del aporte de materia orgánica y la correcta elección de las especies. Asimismo, en cada proyecto promueven el trabajo local, buscan zonas despobladas para generar empleo y combinan su saber hacer con quienes mejor conocen las tierras y más aprecian los bosques.

La correcta elección de las plantas, el aporte de materia orgánica y los riegos marcan la diferencia en cuanto a la supervivencia de las especies. EFEverde/Sheila Noda Alonso

Los árboles se siembran de uno a tres años e introducen semillas de arbustos aromáticos y leguminosas, que aportan nitrógeno al suelo y favorecen la presencia de insectos. “La supervivencia depende mucho del terreno, la meteorología y las temporadas. Si durante el verano hemos tenido temperaturas muy altas y periodos de sequía muy largos entonces posiblemente sea un mal año. Normalmente estamos en un porcentaje de supervivencia de entre el 70 y el 90 %, bastante bien para las zonas en las que plantamos”, expresa.

Sin embargo, en estos resultados influye el mantenimiento, “la diferencia entre dar mantenimiento y no darlo es tener una supervivencia del 90% frente a lo mejor un 10 o un 20%. Cambia absolutamente todo. Por lo general los árboles pequeños crecen a la sombra de otros, pero los estamos dejando en un sitio a su suerte y necesitan ayuda”, recalca.

Compromiso con la sostenibilidad 

Actualmente alrededor de 90 entre grandes y pequeñas empresas trabajan con ReTree en la creación de sumideros de carbono, que integran a sus políticas ambientales. “Hemos querido que sea para todos, al principio estábamos más enfocados en pymes, luego nos dimos cuenta del interés de las grandes empresas, sobre todo a nivel tecnológico”, al ser las que más lo necesitan de cara a las regulaciones y las demandas de responsabilidad social de los consumidores.

“No queremos que alguien que desee plantar árboles no pueda hacerlo, para mí sería un fracaso absoluto”, dice Pérez de Ayala, quien insiste en que su proyecto aboga por que las empresas mantengan un compromiso a largo plazo y tienen previsto el seguimiento de cada árbol mínimo por 40 años, aunque “ la idea es seguir monitorizando y que eso no pare nunca, porque la información de cómo evoluciona un árbol es un tesoro”, apunta.

Una de las proyecciones de la empresa es certificar su software, que sea verificado internacionalmente, y ponerlo a disposición de otros, para acercarse así al propósito de fortalecer la naturaleza y revertir los efectos del cambio climático con la eliminación del exceso de carbono en la atmósfera.

“La sostenibilidad está avanzando mucho, aunque hay quienes niegan los efectos del cambio climático, pero es mejor hacer fuerza y ayudar a los que quieren cambiar, que tratar de convencer a los que no”, afirma. 

Jornada de voluntariado en la sierra de Madrid a propósito del Día Mundial del Medio Ambiente. EFEverde/Sheila Noda Alonso

Educación ambiental y voluntariado

Un eslabón clave para combatir el cambio climático es la concienciación ambiental y desde ReTree la impulsan mediante jornadas de voluntariado, en las cuales los trabajadores de las empresas ponen en valor el bosque que están plantando. 

En un inicio empezaron con dos o tres semanas al año, ahora intentan incrementar esas jornadas de reforestación, porque hay mucha más demanda, cuenta Marcos Varela, estudiante de último curso del doble grado de Ciencias Ambientales y Geografía y miembro del Departamento de Generación Forestal. 

“Muchas empresas están dando el paso hacia la sostenibilidad, no solo empresas pequeñas o startup, sino de todo tipo, desde autónomos, librerías, tiendas de deporte y textiles hasta bancos, empresas de transporte y grandes multinacionales con implicación a futuro”, agrega.

Advierte que todavía falta educación ambiental y una mayor concienciación social para involucrarse más con el medio ambiente, no solo con la reforestación y la compensación, sino con la reducción de la huella de carbono.

Al final compensar está muy bien, pero necesitamos reducir. Podemos seguir compensando nuestra huella, pero si seguimos desgastando los ecosistemas no vamos a llegar a las metas globales y ser lo más neutros posibles en carbono. Todavía queda por seguir dando pasos, pero contento de que se vean brotes verdes y que podamos evolucionar y ser resilientes con el medio ambiente”, comenta. EFEverde

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