LONDRES — Jelena Ostapenko todavía está en la zona. La cabeza de serie número 13 superó a Yulia Putintseva 6-2, 6-3 en 68 minutos para alcanzar sus terceros cuartos de final de Wimbledon, y el primero desde 2018.
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En cuatro partidos en lo que va de esta quincena, la letona ha perdido solo 15 juegos (el número más bajo de cualquier jugadora en llegar a los cuartos de final desde los 14 de Victoria Azarenka en 2012) y pasó 4 horas y 5 minutos en la cancha. Su cuenta de 29 victorias contra Putintseva elevó su total del torneo a 88 en 63 partidos jugados.
Ostapenko y Putintseva llegaban a este partido, su quinto enfrentamiento general, con un empate a dos victorias cada uno. Tres de los cuatro partidos anteriores habían llegado hasta el final. Además, Putintseva llevaba una racha de ocho victorias consecutivas que incluía su primer título sobre césped en Birmingham dos semanas antes, y una sorpresa ante la número uno del mundo, Iga Swiatek, en la ronda anterior.
Sin embargo, la contundente victoria de Ostapenko llevó al ex campeón de Roland Garros a los cuartos de final de un major por sexta vez en general. Ella buscará una tercera semifinal de Grand Slam contra la cabeza de serie número 11 Danielle Collins o la cabeza de serie número 31 Barbora Krejcikova.
Cómo se ganó el partido: A pesar del resultado, Ostapenko jugó dos tiempos. La jugadora de 27 años tuvo un comienzo espectacular, perdiendo solo siete puntos y logrando una ventaja de 5-0.
Pero en el segundo set, Putintseva hizo su trabajo duro para lograr la victoria, y la historia de ese set no fue sólo la avalancha de ganadores de Ostapenko sino su juego decisivo. Perdió su servicio al comienzo del set y tuvo que luchar al menos un dos para mantener cada juego de servicio posterior. Habiendo cometido sólo ocho errores no forzados en el primer set, falló 18 veces en el segundo.
Sin embargo, Ostapenko mantuvo su compromiso con una estrategia agresiva que impidió a Putintseva extender las manifestaciones a sus intercambios preferidos. Su ganador final, para sellar su tercer punto de partido, fue el más creativo del día: un revés cortado en la línea que demostró su toque y su poder.
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