El elenco Guaraní redondeó un estreno decepcionante en el Torneo Olímpico de Fútbol Masculino en París 2024 pero necesitará recuperarse rápidamente para seguir con vida en el torneo.
La oscuridad no había caído todavía en la veraniega noche de Burdeos pero Paraguay ya había sufrido dos cachetazos que aventuraban una jornada complicada. El primero fue el gol de Shunsuke Mito, uno de los dos que marcaría en el encuentro, a los 19 minutos. Hasta entonces era un partido parejo, con los nipones construyendo en base a sus asociaciones y con los sudamericanos lanzados en velocidad con la misión de aprovechar los espacios del rival.
Cinco minutos después, una Paraguay intensa que desde el arranque le imprimió rigor físico al juego pagó el esfuerzo desmedido de Wilder Viera, quien con la diez en la espalda sostuvo un sacrificio permanente en la marca hasta que llegó tarde a la marca y se fue expulsado después de que el VAR confirmara la gravedad de la falta sobre el nipón Yu Hirakawa.
“Es un partido muy atípico, con la expulsión se volvió muy atípico, muy pronto. Frente a un equipo muy vertical, muy veloz y muy rápido, era lógico que iba a pasar esto. Nos agarraron mal parados un par de veces”, analizó Carlos Jara Saguier en la zona mixta post partido ante FIFA. “Nos costó después de eso, al principio estábamos bien, generamos situaciones de gol antes de eso», apuntaló Julio Enciso.
Pero incluso pese a la desventaja y la inferioridad numérica, Paraguay multiplicó sus esfuerzos para seguir batallando. La figura de Enciso, quien llegó sobre la hora después de negociar su cesión con el Brighton & Hove Albion, fue creciendo con el correr de los minutos. Asumiendo cada vez más responsabilidades creativas, los mejores minutos de la Albirroja fueron durante la sociedad entre Enciso y Diego Gómez, el capitán que comparte plantel con Lionel Messi en Inter Miami.
Además de adueñarse de la pelota, ambos intentaban transmitirle paz a un equipo que había salido a la cancha desde el primer minuto con una postura urgente y precipitada. “El toque de balón es un déficit nuestro, es algo normal. Pero estábamos atacando, estábamos llegando, en las descolgadas se veía peligroso el equipo. Japón dejaba muchos espacios, entonces apostamos por velocistas”, esgrimió Jara Saguier para explicar su decisión de no jugar con un centro delantero y apostar por una formación sin referencias dentro del área.
Paraguay reaccionó, fue superior durante los primeros quince minutos del segundo tiempo e incluso tuvo chances como para igualar el marcador. Pero Japón, después de una genialidad del diez Koki Saito, estableció el 2-0 a los 62’ y desmoronó los sueños guaraníes. Con espacios, ante un equipo vencido, los nipones se lucieron y sellaron un abultado 5-0.
“Es un partido para olvidar -anticipa Jara Saguier-. Tenemos que dejarlo atrás y tratar de buscar en el segundo partido el triunfo, para buscar la clasificación. Con dos victorias estás adentro”. ¿Pero cómo hace un equipo para sepultar semejante debut? El entrenador no duda: “Estos chicos son muy fuertes. Es un equipo muy fuerte, se levanta de todos los golpes. Vamos a hablar sobre eso, en esto se cuentan las levantadas, no las caídas”.
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