Más allá de una medalla, quiero dejar un legado”, dijo Mariana en el 2012, cuando llegó de Londres tras conquistar su primera medalla de oro olímpica. Doce años después, ese legado es realidad y está escrito con letras doradas.

Mucho se puede escribir de ella. Títulos mundiales, medallas olímpicas, reconocimientos, exaltaciones, pero el amor y la pasión por representar a Colombia, no tiene descripción, es un vivo ejemplo para niños, niñas, jóvenes y para quienes siguen en la élite del deporte.

La inspiración que genera en los jóvenes atletas es palpable, en el equipo colombiano de BMX Racing, tanto Gabriella Bolle, como Mateo Carmona, siguieron el ejemplo de la ‘Reina del BMX’ y ya debutaron en sus primeros Juegos Olímpicos. Es más, el primer Diploma Olímpico de París 2024Queen Saray Villegas, también inició en la disciplina por la admiración que tiene hacia a la antioqueña. Eso sí, no se puede dejar de lado que Mariana también fue el ejemplo para todo el deporte colombiano.

Como cuando James dijo que con la Selección jugaba hasta cojo, así es Mariana, nunca menospreció una carrera, nunca miró por debajo del hombro a un evento en el que podía representar al país. Lo único que la llevó a decir no, fueron las lesiones, esa montaña rusa de emociones que ha vivido.

Tres ciclos olímpicos dándola toda y ganando oros en tres Bolivarianos (2013, 2017 y 2022), tres Suramericanos (2010, 2014 y 2022), tres Centroamericanos (2010, 2014 y 2023), tres Panamericanos (2011, 2019 y 2023) y dos oros y una plata en cuatro Juegos Olímpicos. Nunca dijo no, siempre dijo sí y los ha disfrutado.

“Tengo muchos sentimientos encontrados porque soy feliz porque llegué hasta acá, porque no fue fácil, pero esto me encanta y por eso estoy aquí, mi misión era regresar a casa sabiendo que lo había dado todo y lo entregué todo, entregué mi alma, porque cuerpo no había, pero aguantó porque mi corazón todavía creía”, dijo Mariana al final del día.

“Muy pocos llegan a ganar una medalla, pero el simple hecho de dejar el alma para lograrlo, es suficiente, hay que soñar y luchar y aunque digan que no pueden, a veces es una medalla de oro, a veces es simplemente darlo todo, mi triunfo aquí fue aguantar, porque si el corazón quiere, el cuerpo aguanta”.

Esas son las palabras que una atleta de su renombre apropió gracias a la experiencia. En vísperas de sus segundos Juegos OlímpicosMariana decidió dejar atrás la obsesión con el primer lugar y dedicarse a dar el 100 por ciento en sus carreras, incluso lleva tatuado cerca de su muñeca izquierda ese recordatorio: ‘más allá del oro’.

Ahora en París no se dio, como en Toronto 2015, como en Cochabamba 2018, como en Barranquilla 2018 o como en muchos otros eventos, cuando lesiones y caídas le impidieron subir al podio, pero nunca se rindió, nunca se conformó, nunca dejó de ser Mariana, quien todavía no ha dicho adiós, porque va a descansar para analizar un nuevo proyecto, que seguro será exitoso, como el legado, como cada pedalazo.

“Gracias a Colombia y que disculpen, porque siempre mi misión es darle alegrías, seguiré dando lo mejor”, reconoció la atleta más exitosa de la historia colombiana en el ciclo olímpico, quien, con sus pedalazos, con su ejemplo, con su ser, se metió en el corazón de un país.

¡Gracias Mariana!

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