¡Vaya final! El Villarreal doblegó al Celta (4-3) en el 98’ con un tanto de Dani Parejo, que anotó convirtiendo el rechace de un penalti que marró en el último suspiro del partido. Todo ello tras un agarrón a Barry en el interior del área que el colegiado no vio y que desde el VAR le tuvieron que corregir. Los amarillos se llevaron un partido en el que reinaron la locura y los ataques, y en el que padecieron las defensas. Los espectadores disfrutaron de siete goles y de un choque que acabó llevándose el equipo de Marcelino para dormir como líder de LALIGA EA Sports.
El Villarreal afrontaba su tercer encuentro en tan solo una semana. Tras el empate ante el Atlético de Madrid y triunfo frente al Sevilla, Marcelino volvió a introducir cambios en el once inicial. Yeremy, Gerard, Albiol y Parejo volvieron a la titularidad. Por su parte, el Celta también efectuó rotaciones, dejando en el banquillo a algunos de sus futbolistas más importantes como Iago Aspas, Williot o Douvikas.
La primera oportunidad del partido corrió a cargo del RC Celta. Los celestes probaron fortuna con un disparo lejano desde la frontal del área que acabó envenenándose al rebotar en Raúl Albiol y desviar su trayectoria. Haciendo gala de unos magníficos reflejos, Diego Conde -ya desde el suelo- sacó el esférico con la pierna.
En el minuto 12, el Celta sorprendió al Submarino con un balón largo a la espalda de la zaga grogueta. Alfon le ganó la carrera a Cardona y sorteó a Conde cuando salía a su encuentro. El futbolista celeste se precipitó en su disparo y lo detuvo el ‘23’ amarillo sobre los palos con tan mala fortuna que el rechace le cayó a Borja Iglesias y lo mandó al fondo de la red.
Antes de alcanzar el ecuador del primer tiempo, el Villarreal disfrutó de su primera gran ocasión. Una combinación rápida entre Gerard y Baena dejó al almeriense en un claro mano a mano ante Iván Villar. No obstante, el portero celeste le ganó la partida al groguet y, tras una sobria estirada, mandó el balón a córner.
Avisó el Villarreal para picar después. En un saque de esquina, los groguets igualaron la contienda. Álex Baena botó el balón al primer palo, peinó Gerard al primer palo para que Sergi Cardona, desde el segundo, mandase el balón a las mallas. 1-1 en La Cerámica.
Cumplida la primera mitad del encuentro, el Celta volvió a pillar por sorpresa a los amarillos. En un libre directo desde la frontal, Mingueza se sacó un derechazo cruzado que se coló por el palo más cercano a Diego Conde. Los gallegos se volvían a adelantar en La Cerámica haciendo gala de una impresionante efectividad con la que solo necesitaron tres oportunidades para marcar dos tantos.
No bajó los brazos el conjunto de Marcelino que buscó insistentemente lograr el empate antes del tiempo de descanso. Abrió el campo, jugó con precisión por dentro y fabricó oportunidades, pero sin encontrar el premio del gol. La mejor la tuvo Yeremy con un testarazo al poste. El Celta generó poco, pero todo lo que generó fue peligroso y puso en apuros a la defensa amarilla. 2-1 al descanso.
Para tratarle de darle la vuelta al encuentro, en la segunda mitad, Marcelino cambió a Ayoze por Gerard. A los diez minutos, hizo un triple cambio. Entraron Pepe, Costa y Barry. Y el partido cambió por completo. El gigante Barry llegó a Vila-real y besó a Sant Pasqual. Fue entrar en el campo y marcar su primer gol como groguet.
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