Con un ambicioso plan para reducir las emisiones de carbono de las centrales eléctricas de todo el país, el presidente Barack Obama quiere que Estados Unidos haga su parte para aminorar su contribución al cambio climático.
«Solamente tenemos un hogar, un planeta. No hay un plan B», dijo Obama en un discurso en la Casa Blanca, en el que se insistió en que el cambio climático no es un problema de las generaciones venideras sino que llama ya está aquí.
El «Plan de Energía Limpia» busca reducir para 2030 en un 32% las emisiones de las centrales termoeléctricas respecto a los niveles de 2005.
«Somos la primera generación en sentir los impactos del cambio climático», aseguró el presidente, criticado por la oposición republicana que calificó el plan de Obama como una «guerra contra el carbón».
El plan, al que Obama se refirió como el «mayor, más importante paso dado hasta ahora», es la versión definitiva del que adelantó hace un año la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por su sigla en inglés), que fue sometida a comentarios públicos.
Conferencia de París
El anuncio viene pocos meses antes de que se celebre en París la conferencia internacional de la ONU, en la que se espera que los países alcancen un acuerdo vinculante para limitar que el calentamiento global supere dos grados, respecto a los valores preindustriales.
Obama rechazó la idea de que el plan es una «guerra al carbón» que eliminará empleos y, al contrario, subrayó que habrá inversiones en estas áreas.
El gobierno federal aseguró además que dará a los a los estados tiempo para cumplir con la nueva normativa.
Legado
Cada estado tendrá un objetivo de reducción de emisiones asignado y deberá enviar una propuesta a la EPA de qué acciones tomará para cumplirlo.
La aspirante a la candidatura demócrata para las presidenciales de 2016, Hillary Clinton, aseguró que defendería el plan si fuera elegida en las elecciones.
«Necesitará ser defendido», dijo Clinton que señaló que criticó que «los candidatos republicanos a la presidencia – no ofrecen ninguna solución creíble».
En el lado republicano, el aspirante Marco Rubio aseguró que el plan sería «catastrófico», mientras que el exgobernador de Florida Jeb Bush dijo que es un proyecto «irresponsable» y sería «un desastre».’
bbc.com