El cambio climático, los incendios forestales y la contaminación atmosférica conforman un círculo vicioso cuyas consecuencias negativas para la salud de las personas, los ecosistemas y la agricultura no dejan de agravarse, según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El Boletín de la OMM sobre la calidad del aire y el clima se centra en los incendios forestales, y también examina las concentraciones mundiales y regionales de contaminación por materia particulada y sus efectos nocivos en los cultivos en 2023.
La OMM ha publicado el boletín el 7 de septiembre, Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, cuyo tema de este año es «Invertir en aire limpio ahora». La contaminación atmosférica causa más de 4,5 millones de muertes prematuras al año y se cobra un elevado precio en términos económicos y medioambientales.
En este número del boletín, el cuarto de una serie anual, se analiza la compleja relación entre calidad del aire y clima.
Las especies químicas que degradan la calidad del aire se emiten, por lo general, junto con gases de efecto invernadero. Por tanto, los cambios en una de las partes de ese binomio producen inevitablemente cambios en la otra.
La mala calidad del aire, a su vez, altera la salud de los ecosistemas, dado que los contaminantes atmosféricos se depositan sobre la superficie terrestre. La deposición de nitrógeno, azufre y ozono deteriora los servicios provistos por los ecosistemas naturales, como el agua limpia, la biodiversidad y el almacenamiento de carbono.
«El cambio climático y la calidad del aire no pueden tratarse por separado. Van de la mano y deben abordarse conjuntamente. Reconocer esta interrelación y actuar en consecuencia conllevaría beneficios para la salud de nuestro planeta, sus habitantes y nuestras economías», declaró la Secretaria General Adjunta de la OMM, Ko Barrett.
«Los datos presentados en este número del Boletín de la OMM sobre la calidad del aire y el clima corresponden a 2023, pero en los ocho primeros meses de 2024 se han mantenido las tendencias observadas el año anterior: calor intenso y sequías persistentes que han avivado el riesgo de incendios forestales y contaminación atmosférica. A causa del cambio climático nos enfrentamos a este escenario cada vez más a menudo. La ciencia y la investigación interdisciplinarias son fundamentales para encontrar soluciones», afirmó Ko Barrett.
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