Conflictos armados: Cuando el ruido de las armas silencia la educación

«La educación no es solo un derecho humano básico en sí mismo, sino que es esencial para el ejercicio de todos los demás derechos humanos», afirma el Secretario General de la ONU, António Guterres. Nos recuerda también cómo este día sirve para denunciar los efectos devastadores de la guerra sobre los cuerpos, las mentes y los espíritus de los jóvenes.

Con los conocimientos, las capacidades y el apoyo adquiridos mediante la educación, las diferentes generaciones pueden superar las crisis y conducir al mundo hacia un futuro sostenible. Esto resulta particularmente evidente para los grupos vulnerables, como las niñas, las personas migrantes, refugiadas y aquellas con discapacidades.

Los centros educativos deberían ser un refugio seguro para los niños y las niñas, los estudiantes y el personal docente. Sin embargo, con demasiada frecuencia, los lugares donde aprenden, se convierten en objetivos directos o en daños colaterales en entornos afectados por conflictos.

Los ataques contra la educación pueden tener graves repercusiones físicas y psicológicas a largo plazo para el alumnado y el profesorado. Pueden interrumpir la enseñanza y el aprendizaje, provocar un aumento significativo de las tasas de abandono escolar e impedir que los alumnos ejerzan su derecho a una educación de calidad.

El alto coste para los niños atrapados en el infierno de los conflictos

El Informe anual del Secretario General de las Naciones Unidas sobre los niños y los conflictos armados correspondiente al año 2023 presenta un desgarrador relato de la violencia que sufren los menores en las zonas de conflicto. El informe constata la escalofriante cifra de 32.990 violaciones graves contra 22.557 niños, lo que pone de manifiesto un alarmante aumento de este tipo de incidentes.

Los datos incluyen por primera vez informes de Haití y Níger, con lo que se completó el panorama de las 25 situaciones objeto de seguimiento. Las zonas más afectadas fueron Israel y el Territorio Palestino Ocupado, la República Democrática del Congo, Myanmar, Somalia, Nigeria y Sudán.

Las violaciones fueron perpetradas prácticamente a partes iguales por grupos armados y fuerzas gubernamentales, siendo los grupos armados los principales responsables de los secuestros, el reclutamiento, la utilización y la violencia sexual, mientras que las fuerzas gubernamentales se dedicaron principalmente a matar, mutilar y atacar escuelas y hospitales. El informe subraya el efecto devastador de las armas explosivas en zonas pobladas, que no solo causan muertos y heridos, sino que también dificultan la entrega de ayuda humanitaria.

Debemos dejar de defraudar a nuestros niños

El alarmante número de niños que sufrieron graves violaciones en conflictos durante 2023 es «un toque de atención», según la Representante Especial del Secretario General para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados.

Para Virginia Gamba, «estamos fallando a los niños» y pidió a la comunidad internacional que «vuelva a comprometerse con el consenso universal para proteger a los niños de los conflictos armados». También hizo un llamamiento a los Estados miembros de la Organización para que «cumplan con su responsabilidad primordial de proteger a sus poblaciones y respeten todas las normas y estándares aplicables en la gestión de situaciones de conflicto armado».

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