Desde 2016, la dependencia de la ONU contra la drogra trabaja para promover medios de vida alternativos para los agricultores locales de Houaphanh y otras provincias de Laos especialmente afectadas por el cultivo de opio. António Guterres visita uno de los proyectos.
En lo alto de las montañas de la provincia de Houaphanh, al norte de Laos, en una zona históricamente conocida por el cultivo del opio, los agricultores están creando un futuro más seguro y sostenible con el cultivo del café.
“Me levanto a las 4 de la mañana en la temporada de cosecha para recoger las bayas rojas que se llevan a la planta de procesamiento”, dice a la ONU Phuperp, de 22 años.
Phuperp proviene de una familia de agricultores que cultiva maíz, arroz, legumbres y calabazas, pero su cultivo favorito es el café.
Se puede cultivar sin necesidad de talar árboles, lo que ayuda a prevenir la deforestación de la tierra y, lo que es crucial, al menos para Phuperp, crece mejor a la sombra.
“Si pudiera, sólo cosecharía café, ya que me permite trabajar a la sombra, fuera del fuerte sol”, afirma.
Desde 2016, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en colaboración con el Gobierno de Laos, ha trabajado para promover medios de vida alternativos para los agricultores locales de Houaphanh y otras provincias especialmente afectadas por el cultivo de amapola, a partir de la cual se elabora el opio.
El cambio al cultivo de café ha transformado la comunidad de Phuerp. “El cultivo de opio mantuvo a la comunidad atrapada en la pobreza”, explica. “Con el café, estamos construyendo un futuro”.
© Kongchai Athithane
Una agricultora examina las plantas de café en un vivero.
Más que una bebida
Phuerp llevó su café, que según sus notas de cata es “floral, de manzana, de chocolate y dulce” a la Casa de las Naciones Unidas en Vientiane, la capital de Laos, donde sirvió una taza al Secretario General de la ONU, António Guterres.
“Felicitaciones”, dijo António Guterres. El café tarda mucho en crecer, ¿no es así?”
UNODC/Laura Gil
El Secretario General de la ONU, António Guterres (derecha), conversa con Phuerp (izquierda), una agricultora de café en Laos.
Fortalecimiento de las economías rurales
Phuerp forma parte de la Cooperativa de Café Vanmai, que representa a 341 familias de agricultores que cultivan 405 hectáreas de café en la provincia de Houaphanh.
Los miembros de Vanmai están empezando a construir un futuro legal y sostenible en una zona donde los agricultores solían cultivar opio, que puede utilizarse para producir heroína y otras drogas legales e ilegales.
António Guterres elogió el éxito de la cooperativa, que ha demostrado el papel que puede desempeñar el café en el fortalecimiento de las economías rurales y, al mismo tiempo, en la solución de problemas globales como la pobreza y el tráfico de drogas.
Un nuevo día
“Vanmai, que significa ‘nuevo día’ en lao, encapsula la esperanza y la resiliencia de estas comunidades”, afirmó Soutthida Soukthavone, experta en desarrollo alternativo de la UNODC.
Los esfuerzos de la cooperativa no sólo han proporcionado un medio de vida sostenible a los agricultores locales, sino que también han abierto las puertas a los mercados internacionales.
Con más de 230 toneladas de granos de café verde exportados, la cooperativa ha logrado alianzas comerciales a largo plazo, ha obtenido la certificación Fairtrade de comrcio justo y sostenible, y está haciendo la transición a la producción orgánica.
Mujeres que lideran el camino
La Red de Mujeres Vanmai se estableció en 2021 para aumentar la participación de las mujeres en el negocio del café. La red gestiona iniciativas como el carrito de café Vanmai en la Casa de las Naciones Unidas en Vientiane, donde el Secretario General y Phuerp compartieron su momento de café.
El carrito, gestionado por mujeres de la cooperativa, demuestra su creciente papel en la toma de decisiones, un cambio con respecto a las prácticas anteriores en las que las mujeres tenían una participación limitada en el liderazgo.
© Xaysavath Keoduangvichith
El cultivo de café puede apoyar el proceso de reforestación.
Aquí, la filosofía de la semilla a la taza cobra vida, ya que el café se vende directamente a los clientes, lo que genera ingresos que fluyen de regreso a las comunidades agrícolas.
“La Cooperativa de Café Vanmai es más que un negocio; “Este café es un testimonio del poder del desarrollo alternativo”, apuntó Sung Ho Hwang, director de la UNODC en Laos.
“Este café cuenta una historia, una historia de resiliencia, de asociación y de esperanza. Nos muestra que, con el apoyo adecuado, las comunidades pueden ingresar al mercado lícito y crear un futuro mejor para ellas y sus hijos”, agregó.
“Al ofrecer a los agricultores un cultivo legal y rentable, aborda las causas fundamentales del cultivo del opio, la pobreza, el aislamiento y la falta de oportunidades”.
Las iniciativas de desarrollo alternativo de la UNODC tienen como objetivo promover la dinámica económica legal y el desarrollo socioeconómico inclusivo en las zonas rurales de Laos y Myanmar, así como en Afganistán, Bolivia, Colombia y Perú.
Guterres terminó su taza de café junto a Phuerp, quien, con sus curtidas manos de agricultora todavía sosteniendo su taza, esbozó una sonrisa tranquila.
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