La temporada 2024 ratificó una tendencia evidente; hace cinco años que los títulos se dividen entre equipos del país verdeamarelo.
- El sábado 30 de noviembre, Botafogo y Atlético Mineiro van por la CONMEBOL Libertadores
- El dominio se volvió absoluto, con cinco campeones brasileños en la misma cantidad de ediciones
- Las razones de una tendencias que parece difícil de revertir
Manejó el balón y casi nunca lo perdió. Cuando precisó ser vertical, logró dar varios pases filtrados, incluso con aceleración en pelota dominada. Defensivamente se mostró intenso y recuperó varias pelotas. Nicolás de la Cruz dominó al mediocampo de la Selección argentina campeona del mundo, el 16 de noviembre del 2023, por la quinta fecha de las Eliminatorias sudamericanas, cuando Uruguay le ganó 2 a 0 en la Bombonera.
A los 26 años, se posicionaba como uno de los mejores jugadores de Sudamérica y gran figura de River Plate, que preparaba el 2024 con él como gran bandera de fútbol del equipo de Martín Demichelis. Hasta que aparecieron los 16 millones de dólares de Flamengo. Un mes después del partido con Argentina, pasaría a formar parte de uno de los equipos más poderosos de la región y campeón de la Copa Libertadores en dos de las últimas cinco ediciones.
La secuencia podría representar un caso aislado que determina una inversión de un club brasileño por única vez. Pero no. Se trata, en realidad, de una tendencia que cambió el panorama del fútbol sudamericano. Como De la Cruz, en los últimos años Brasil absorbió gran parte del talento sudamericano: en 2017, Palmeiras se quedó con el colombiano Miguel Borja, figura de Atlético Nacional en la Copa Libertadores que conquistó en 2016. En 2021, Atlético Mineiro compró a Nacho Fernández por 4 millones de dólares; el año pasado, Inter de Porto Alegre contrató a Enner Valencia desde Turquía y Gremio fichó a Luis Suárez.
Este año, Eagle Football, el grupo que tiene a cargo a Olympique de Lyon y Crystal Palace de Inglaterra, compró a Thiago Almada, de 22 años y campeón del mundo con la Selección argentina en 2022, en 21 millones de dólares. El mediocampista ofensivo será una de las cartas clave de Botafogo en la final de la Copa Libertadores que se jugará el sábado 30 de noviembre, en el Monumental.
La lista de sudamericanos que llegaron a Brasil es mucho más larga. De hecho, el mercado apuesta, por ejemplo, por jugadores argentinos no consagrados, más jóvenes, que podrían tener un valor de reventa alto y ser funcionales para los equipos. Casos como José Manuel López, de Lanús a Palmeiras, Giuliano Galoppo, de Banfield a Sao Paulo, o Fausto Vera, de Argentinos a Corinthians, son algunos de los casos en los que se pretende fortalecer a los planteles con inversiones no tan grandes pero potencial de recuperar la inversión. O también con figuras internacionales, como la apuesta de Corinthians por Memphis Depay, que en poco tiempo prácticamente salvó al Timao del descenso.
«El mercado de pases para nosotros no es bueno, para los brasileños sí. Nosotros vendemos, ellos traen, esa es la diferencia que tienen, pero hay que estar preparados para todos», dijo Miguel Ángel Russo, entrenador de Rosario Central, durante el sorteo de la Copa Libertadores 2024. La inversión por talento en Sudamérica es solo una de las razones que forman parte de una tendencia evidente; cuando está por empezar la Copa Libertadores 2024, los últimos seis campeones del torneo (Flamengo 2019, Palmeiras 2020 y 2021, Flamengo 2022 y Fluminense 2023 y Atlético Mineiro o Botafogo 2024) son de ese país, caso que nunca se había dado en la competición. Hasta aquí sólo había habido campeones del mismo país en cuatro ediciones diferentes: Independiente (1972, 1973, 1974 y 1975) y el período del 2010 al 2014, con Inter, Santos, Corinthians y Atlético Mineiro.
La Copa Libertadores 2024 otorgará el último cupo de ‘campeón’ hacia el Mundial de Clubes 25, mientras que los otros dos pasajes fueron a Boca y River por vía de la clasificación.
Pero la llegada de talentos desde afuera del país no es la única variante que inclinó la balanza. Otro de los puntos fuertes tiene que ver con el deseo de varias figuras con cierta veteranía en regresar a su país, siempre sostenido bajo un evidente poderío económico.
«Todos tratamos de competir contra el poderío económico de los equipos brasileños, River está para competir», dijo Enzo Francescoli, manager del Millonario, que se quedó afuera de esta edición en las semifinales luego de perder 3 a 0 en el encuentro de ida y quedar 0 a 0 en la vuelta.
En agosto del 2019, Dani Alves sacudió al fútbol cuando decidió ir al Sao Paulo desde PSG cuando aún tenía varias puertas abiertas en Europa. Luego siguieron ese camino Felipe Melo (2017, de Inter a Palmeiras), Filipe Luis (2019, de Atlético Madrid a Flamengo), Ganso (2019, de Amiens a Fluminense), David Luiz (2021, de Arsenal a Flamengo), Hulk (2021, de Shandong Luneng, de China, a Atlético Minero), Marcelo (2022, de Olympiacos a Fluminense).
Aunque las experiencias de contar con jugadores veteranos tuvo algunos resultados impares, es cierto que el último campeón de la Copa Libertadores basó buena parte de su funcionamiento en tres jugadores de más de 34 años; Felipe Melo (40) fue un sólido defensor central por el que partieron todas las iniciaciones del equipo de Diniz, Marcelo (35) aportó la jerarquía y calidad desde el sector izquierdo y Ganso (34) fue el cerebro del equipo. Atlético Mineiro se apoya en la jerarquía de Hulk, de 38, que todavía marca la diferencia.
Felipe Melo sueña con el Mundial de Clubes
El veterano defensor habla con la FIFA sobre cómo el Fluminense puede superar los pronósticos y asegurarse la gloria en el Mundial de Clubes en Arabia Saudita 2023.
Las divisiones inferiores son otro de los puntos que, en los últimos años, marcaron una diferencia evidente. Al fútbol argentino, el otro gran mercado potente en generación de jugadores jóvenes, le cuesta mucho mantener a sus estrellas. Valentín Barco, una de las figuras de Boca en la última edición de la Copa Libertadores, en la que perdió la final contra Fluminense, jugó solo 35 partidos en la Primera hasta que lo compró Brighton por la cláusula de rescisión de 10 millones de dólares. Claudio Echeverri, una de las figuras de la Copa Mundial Sub 17 2023, ya fue comprado por el Manchester City y no tendrá más de un año en la Primera de River.
En cambio, los equipos brasileños se dan el lujo de mantener por más tiempo a sus jóvenes. Endrick, ya comprado por el Real Madrid, pudo ser figura del título del Brasileirao 2023 y se incorporó al equipo de Ancelotti recién en el verano europeo.
Pedro, uno de los jugadores clave de Flamengo en las últimas temporadas, tiene 26 años, dejó de ser de los más jóvenes sin la necesidad de emigrar pese a contar con ofertas del exterior. En enero de este año, Fluminense rechazó una oferta de 10 millones de euros de Lyon por John Kennedy, autor del gol ante Boca en la final, de 21 años.
«El fútbol brasileño es el más competitivo de toda América, para mí. Porque no hay dos, tres, cuatro equipos. Hay diez, 12 equipos muy, muy buenos. Pero muy buenos. Eso hace que la liga sea muy competitiva», dijo el argentino Gabriel Milito, entrenador de Atlético Mineiro. Y agregó: «Eso no pasa en ningún otro lado. Diría, casi, que en el mundo. Porque en Inglaterra hay cinco o seis equipos fuertes, en España hay tres o cuatro equipos muy fuertes, pero en Brasil hay diez o doce equipos fuertes, con mucha historia, con presupuestos mayores a los del fútbol argentino. Eso permite traer jugadores, o sostenerlos más tiempo. Es muy diferente».
Aunque no se puede descartar a ningún equipo de Sudamérica y el talento sudamericano nunca deja de aparecer (Independiente del Valle confía en la explosión de Kendry Páez, ya comprado por Chelsea con 16 años, River Plate en Echeverri y Franco Mastantuono, jugadores importantes en la Copa Mundial Sub 17 de la FIFA 2023, aunque no terminaron de pisar fuerte en las etapas decisivas del torneo), los equipos brasileños vuelven a pisar fuerte. Y tienen con qué soñar a lo grande.
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