La inteligencia artificial tiene un gran potencial para la educación, pero solo si se implementa de manera segura y ética. La UNESCO apoya a los países para garantizar que los docentes y estudiantes desarrollen las habilidades críticas necesarias para navegar en este nuevo panorama de aprendizaje, asegurando que la IA beneficie a todas las personas, en todas partes.

22 de Enero de 2025

Salomón, un estudiante de décimo grado en la Escuela Internacional de París (ISP), utiliza la inteligencia artificial (IA) de manera habitual. «Principalmente la uso para lluvia de ideas e investigaciones», dice. «Creo que será una parte fundamental de nuestro futuro porque tiene aplicaciones ilimitadas».

Salomón no está solo: más de dos tercios de los estudiantes de secundaria en países de ingresos altos recurren regularmente a la IA para completar diferentes tareas. Sin embargo, no todos son plenamente conscientes de los riesgos que plantea esta nueva tecnología.

Si bien la IA puede utilizarse para personalizar el contenido educativo según las necesidades individuales, liberar tiempo para los docentes mediante la automatización de tareas administrativas y desarrollar habilidades necesarias en el futuro mercado laboral, también plantea una serie de preguntas.

No solo las aplicaciones de IA están fuera del alcance de muchas instituciones educativas en el mundo —1 de cada 4 escuelas primarias aún carecen de electricidad y solo el 50% los centros de enseñanza de secundaria inferior están conectadas a internet, según datos de la UNESCO—, sino que también existe el riesgo de que los gobiernos, al destinar recursos a la IA, puedan desviar fondos de la educación.

Además, hay una falta de orientación sobre cómo debería utilizarse esta tecnología en las aulas para mejorar los resultados de aprendizaje. Por ejemplo, en 2022, solo 15 países habían incluido objetivos de aprendizaje sobre IA en sus planes de estudio nacionales, y solo 7 países habían desarrollado marcos o programas sobre IA para docentes.

Marcos de competencias de IA de la UNESCO

En la ISP, los docentes –incluida la Sra. Laura Friday, profesora de inglés en la escuela secundaria, y el Sr. Kevin Mount, líder del departamento de matemáticas de la escuela secundaria– están comprometidos a garantizar que sus estudiantes comprendan cómo funciona la inteligencia artificial y cómo usarla de manera crítica, para que no reemplace a los humanos en procesos esenciales como la toma de decisiones.

La esencia de ser docente es que también somos aprendices; modelamos el aprendizaje a lo largo de la vida. Estamos en una posición mejor que la mayoría para adaptarnos a estos cambios.

Sra. FridaySecondary School English Teacher

Por esta razón, la ISP está implementando los marcos de competencias de IA de la UNESCO para docentes y estudiantes. Estos marcos respaldan la inclusión de temas relacionados con la inteligencia artificial en materias fundamentales como STEM y estudios sociales, al mismo tiempo que promueven principios como la equidad, la privacidad y la igualdad de género.

Los docentes están mostrando a los estudiantes cómo utilizar la IA de manera efectiva y responsable, por ejemplo, como un tutor personal. En la clase de inglés de la Sra. Friday, los estudiantes escriben sus párrafos en ChatGPT. Luego, ella les enseña cómo formular indicaciones para que la herramienta les proporcione la retroalimentación que ella misma les daría. «Y ahora, en casa, es como si tuvieran a la Sra. Friday al alcance de la mano todo el tiempo», concluye.

Este enfoque conduce a mejores resultados de aprendizaje. Como subraya el Sr. Mount, el énfasis está en las competencias: «el pensamiento crítico y creativo, manteniendo al ser humano en el centro».

De hecho, la educación es un proceso fundamentalmente humano que gira en torno a la relación entre el docente y el estudiante. La IA puede ser una asistente poderosa en este sentido, pero nunca podrá reemplazar las habilidades sociales y emocionales de los educadores, quienes buscan garantizar que los intereses de los estudiantes siempre sean la prioridad. «Estamos hablando de la ética y de cómo podría ser el mundo en 10 años. Nuestros estudiantes van a vivir en ese futuro mundo», dice el Sr. Mount.

En última instancia, los marcos de competencias de la UNESCO buscan capacitar a las personas para que tomen decisiones informadas sobre cómo y cuándo utilizan la IA. Como dice Salomón, «realmente no se puede restringir el acceso a la IA, pero lo que se puede hacer es fomentar su uso de la manera correcta».

unesco.org