Más dinámica, más imprevisible y más enfrentamientos de alto nivel: la remodelación más radical de la UEFA Champions League en 25 años está cumpliendo su promesa de revitalizar la principal competición de clubes de Europa.

A medida que la fase liga llega a un emocionante final en la octava jornada, los altos niveles de emoción y las muchas cosas que quedan por decidir significan que el nuevo formato de la UEFA Champions League está dando claramente en el clavo.

Cuando los 18 partidos comiencen simultáneamente el 29 de enero a las 21:00 HEC, 27 de los 36 equipos aún tendrán algo por lo que luchar, con todo en juego, desde avanzar como uno de los ocho mejores equipos, hasta conseguir un puesto en los play-offs eliminatorios o enfrentarse al peligro de la eliminación. Sólo dos de los partidos de la última jornada no afectarán a las plazas de clasificación.

Para añadir más emoción, los equipos también lucharán por mejorar su clasificación y evitar enfrentarse a equipos mejor clasificados en su camino hacia la final, en la ronda de play-offs eliminatorios y más allá. Cada partido influirá en otro, y un gol puede marcar la diferencia. No hay duda del incentivo que supone luchar hasta el final, ya que los clubes que terminen entre los ocho primeros evitarán el peligro de la ronda de play-offs eliminatorios y se asegurarán la ventaja de local en los octavos de final.

El nuevo formato se gestó durante seis años, con varios modelos matemáticos, algoritmos y una minuciosa planificación para hacerlo lo más entretenido posible. Sin embargo, a pesar de todos los meticulosos preparativos y miles de simulaciones, en última instancia su éxito sólo se juzgaría sobre el terreno de juego.

Ahora, cuando la fase liga se acerca a su punto álgido, está claro que hasta ahora los cambios están cumpliendo nuestro compromiso de ofrecer una mayor equidad y una variedad más rica de rivales, una competición más dinámica, un mayor equilibrio, imprevisibilidad y partidos con interés deportivo, así como más enfrentamientos entre los mejores equipos.

Una montaña rusa

Ha habido mucho movimiento a lo largo de la fase liga, con equipos que suben o bajan prácticamente con cada resultado. El Borussia Dortmund, finalista el año pasado, era quinto tras la primera jornada, se colocó líder tras su contundente victoria por 7-1 sobre el Celtic en la segunda jornada, cayó al 11º puesto, y volvió a subir al cuarto tras la quinta jornada. Antes de su último partido, contra el Shakhtar Donetsk, ocupa el 14º puesto, pero sigue aspirando a terminar entre los ocho primeros y a clasificarse automáticamente para octavos de final.

De hecho, antes de la octava jornada de la fase liga, sólo tres de los nueve cabezas de serie del sorteo de Mónaco celebrado en agosto (Liverpool, Barcelona e Inter) ocupan uno de los codiciados ocho primeros puestos de la tabla, un claro indicador de la fluidez del nuevo formato. Tres equipos del Bombo 4 (Aston Villa, Monaco y Brest) ya tienen asegurada una plaza en la fase eliminatoria, y siguen estando a tiro de piedra de los ocho primeros puestos. Puede que el Liverpool haya disfrutado de su vista desde la cima durante la mayor parte de la fase liga, pero para la mayoría de los equipos ha sido una montaña rusa. Las audiencias televisivas se han mantenido constantemente altas a lo largo de los partidos, la naturaleza rápidamente cambiante de la tabla de clasificación y el hecho de que cada gol cuenta mantienen a los telespectadores atentos hasta el pitido final.

Esperar lo inesperado

¿Quién iba a pensar que, a falta de una jornada para el final de la fase liga, el Manchester City, campeón en 2023, necesitaría ganar en casa al Club Brugge para colarse entre los 24 primeros y acceder a la ronda de play-offs eliminatorios? ¿O que el Real Madrid, actual 16º clasificado, tenga que luchar para hacerse con una de las ocho plazas de cabeza de serie?

A medida que algunos de los grandes nombres han ido flaqueando, otros menos destacados han acaparado la atención. El recién llegado Brest francés, por ejemplo, ha causado sensación con su espectacular primera temporada en la máxima competición europea y ya tiene garantizada una plaza en los play-offs eliminatorios. Esto sugiere que el nuevo formato ofrece más oportunidades para dar la campanada, con más variedad en los encuentros y el hecho de que los equipos se enfrenten a rivales del mismo grupo de cabezas de serie, lo que les da más oportunidades de sumar puntos.

En la antigua fase de grupos, en la que los equipos se enfrentaban entre sí dos veces, había 48 enfrentamientos diferentes; con la nueva fase liga de 36 clubes, cada club juega contra ocho rivales distintos, lo que supone 144 partidos diferentes. Ya hemos visto muchos partidos emocionantes con muchos goles y remontadas inverosímiles: esperar lo inesperado podría ser el lema de la nueva fase liga.

Duelos entre los pesos pesados

Se han multiplicado los grandes choques en las primeras fases de la competición, ya que los equipos de los Bombos 1 y 2, respectivamente, se enfrentan entre sí en la fase liga. Hemos asistido a la reedición de cuatro de las últimas cinco finales de la Champions League, así como a otras reediciones notables. El Aston Villa celebró el regreso de la Copa de Europa a un Villa Park vibrante al vencer a un Bayern München al que había derrotado en la final de 1982, y el AC Milan y el Liverpool (rivales en las finales de 2005 y 2007) volvieron a verse las caras.

«Nos enfrentamos a equipos probablemente más duros de lo normal en una fase de grupos. Normalmente te encuentras estos partidos en cuartos de final o semifinales».

Declan Rice, centrocampista del Arsenal

También se ha producido un aumento de los goles por partido. Hasta esta temporada, la Champions League con mayor promedio de goles por partido en la fase de grupos fue la 2019/20, con 3,21 goles de media. Al llegar a la octava jornada, la media esta temporada es de 3,22.

Mayor competitividad

La mejora del equilibrio competitivo de la competición es la base del diseño del nuevo formato. En pocas palabras, los cambios han garantizado que haya partidos más competitivos entre equipos de nivel similar. Al mismo tiempo, el nuevo sistema utilizado en el sorteo de la fase liga ha creado una distribución más justa de los rivales.

Con el nuevo formato, el hecho de que los clubes puedan enfrentarse a rivales del mismo bombo garantiza un mayor equilibrio y mejora las posibilidades de que los cabezas de serie más modestos sumen puntos. En la temporada 2022/23, por ejemplo, cuando el Viktoria Plzeň luchó valientemente contra sus rivales de grupo, Bayern, Inter y Barcelona, pero salió con seis derrotas, el coeficiente medio de sus rivales era 53,5 puntos superior al del equipo con el calendario más «fácil», el Chelsea. Esta temporada, la mayor diferencia media entre el rival mejor clasificado y el peor clasificado para cualquier equipo de la fase liga es de sólo 19 puntos de coeficiente. Esto ha dado lugar a una mezcla mucho más equilibrada de equipos de diferentes bombos repartidos por la tabla de la fase liga. Después de seis jornadas, los equipos del Bombo 4 habían mejorado su promedio de puntos en dos con respecto a la última ronda de partidos de la fase de grupos de la temporada pasada.

«Este formato nos obliga a ganar. Antes, varios empates habrían sido suficientes, pero ahora tenemos que ganar. Los empates sólo te sirven hasta cierto punto, así que tendremos que competir duro. Nos exige salir a por la victoria en cada partido».

Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid

Toma asiento

Queda todo por decidir y mucho por aprender del nuevo formato de la fase liga antes de sacar conclusiones definitivas. Por el momento, siéntate, ya sea en un estadio o en el sofá de tu casa, y disfruta de lo que promete ser un final increíble.

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