María Sánchez Rivas, 31 ene, (EFEverde).- Los humedales son uno de los ecosistemas más importantes del plantea y, pese a la entrada en vigor hace 50 años del Convenio Ramsar para protegerlos, su situación sigue siendo crítica: desaparecen tres veces más rápido que los bosques, sufren sobreexplotación hídrica o su estado de conservación es desfavorable en gran parte de los casos.
Los humedales forman parte de un conjunto heterogéneo de ecosistemas que suministran el agua potable que consumimos los humanos. Son fuentes de biodiversidad y adoptan distintas formas, que abarcan desde lagos, ríos, pantanos, deltas y llanuras de marea, hasta manglares y arrecifes de coral.
Además, se caracterizan por su importancia para numerosas especies de aves, ya que ofrecen recursos fundamentales para su supervivencia. Son ricos en biodiversidad, y son sus lugares de refugio, alimento y concentración durante la migración anual.
Convenio Ramsar
Este año, se cumple el 50 aniversario de la entrada en vigor del Convenio de Ramsar, que es considerado como uno de los acuerdos intergubernamentales sobre medio ambiente más relevantes del mundo por su antigüedad.
Tras la celebración del Convenio de Ramsar en 1971, se elaboró la Lista Ramsar, que recoge los humedales considerados importantes a nivel internacional tanto por el valor que poseen en el país en el que se encuentran, así como a nivel global. Actualmente, España cuenta con 76 humedales que forman parte de esta lista, a la que se adhirió en 1982.
Sin embargo, la crisis climática y la actividad humana siguen amenazando el estado de los humedales, superficies que merman y sufren las consecuencias de las sequías y la sobreexplotación hídrica y que están desapareciendo a un ritmo alarmante.
El 89 % de los humedales mediterráneos, en mal estado
Según recoge SEO/Birdlife en su último informe Humedales ante un futuro incierto. Análisis sobre el estado de conservación de las zonas húmedas en España, el 76 % de los tipos de hábitats de interés comunitario (HIC) vinculados a zonas húmedas presenta un estado de conservación desfavorable, una cifra que es superior a la media europea, que se sitúa en el 60%.
En esta línea, los humedales mediterráneos en España son los más amenazados, ya que el 89% poseen un estado de conservación desfavorable y, a su vez, el 47% de estos presenta un estado de conservación desfavorable-malo.
Sin embargo, SEO/Birdlife destaca que los humedales costeros tienen un mejor estado de conservación que los del interior peninsular. La región mediterránea, donde se encuentran dos de los humedales más importantes en España — Albufera y Delta del Ebro —, ha experimentado una menor invernada junto a Doñana, el humedal peninsular más extenso.
Doñana, Delta del Ebro y Albufera
El CSIC, a través de su Informe anual sobre el estado de la biodiversidad de Doñana en 2024, recoge el censo de aves acuáticas de 2025, que bate un nuevo récord en el ánsar común con la cifra más baja de su historia: 2.533 individuos, frente a los 4.216 ejemplares de 2024, que muestra el deterioro del humedal a causa de la sobreexplotación del agua.
Según explica la organización WWF, “Doñana está cerca de un colapso ecológico”, ya que la marisma natural no es más de un 20% de la que existía a mediados del pasado siglo, y las evidencias científicas muestran como el deterioro del humedal afecta de forma directa al declive de las aves migratorias de toda Europa.
El Delta del Ebro, con su frágil morfología, experimenta una notable reducción de sedimentos provocada, en su mayoría, por la regulación del río Ebro y el aumento del nivel del mar, que ha provocado una tendencia regresiva en el refugio de las aves, que explica el estado de conservación actual del humedal.
La Albufera, el gran humedal del área mediterránea, también ha experimentado cambios en las últimas décadas, especialmente, tras el paso de la dana, en octubre de 2024. Antonio Guillem, responsable del Área de Humedales de Global Natural, explica que todavía permanecen “una gran cantidad de residuos que se vieron arrastrados por la riada”, que se unen a los problemas ya existentes, como la contaminación difusa, que deriva de la agricultura y los vertidos urbanos e industriales incontrolados, resalta Guillem.
Ecologistas en Acción ha recalcado la importancia de asignar un caudal ecológico adecuado a la Albufera para evitar que la contaminación se concentre y, de esta forma, permitir el crecimiento de plantas acuáticas y la recuperación de la cadena trófica. EFEverde