Cuando en algunos países todavía se trabaja en incentivar a la población para que use paneles solares, en Alemania hay un pueblo que está al menos cuatro veces adelantado.
Un pequeño barrio llamado Schlierberg, que cuenta con 59 viviendas y un edificio comercial de madera llamado el Barco Solar, componen un distrito de 11.000 metros cuadrados.
En Schlierberg se introdujeron sistemas para reutilizar el agua de lluvia y se usaron materiales respetuosos con el medio ambiente así como una gran inversión en aislamiento térmico para minimizar la necesidad de refrigeración o calefacción. Además, se dotó de un estacionamiento amplio ya que dentro del barrio se prohibió circular en vehículo, para que el ambiente fuese más amigable con sus habitantes, especialmente con los niños.
Pero la característica que más atrae la atención en este barrio es, sin duda, sus techos con paneles solares fotovoltaicos. Estos fueron un requisito desde el comienzo del diseño y se trató de aprovechar la amplia superficie.
Pese a que la idea era generar energía constantemente, jamás pensaron que los resultaron serían tan grandes. Hoy, con el barrio en pleno funcionamiento, los tejados están generando cuatro veces la energía que consume en todo Schlierberg. El sistema está conectado a la red general, por lo que la energía generada es superior a la que se necesita y las compañías eléctricas le pagan al barrio por generarla.
Así, el barrio alemán se convirtió en un ejemplo gracias a su uso de energía solar, una de las formas más sostenibles para obtener electricidad.
Fuente: Noticias Ambientales.