El mundo está lejos de cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2, de eliminar el hambre para 2030. Según la edición de 2024 del Panorama regional de la seguridad alimentaria y la nutrición, Colombia ha logrado reducir el número de personas con hambre (subalimentación) a una tasa del 4,2 %, lo que se traduce en 2,2 millones de personas; sin embargo, entre 2021 y 2023 la inseguridad alimentaria grave aumentó a 2,8 millones de personas (2,6 de 2019-2021) y moderada a 16,3 (15,5 en el periodo anterior).

Según el DNP, en Colombia el objetivo de hambre cero es el más rezagado de los ODS, con un avance de apenas el 23,9 % para 2023. Foto: archivo Unimedios.Según el DNP, en Colombia el objetivo de hambre cero es el más rezagado de los ODS, con un avance de apenas el 23,9 % para 2023. Foto: archivo Unimedios.

Según expertos invitados al programa Análisis UNAL, de Radio UNAL, uno de los obstáculos que enfrenta Colombia para avanzar en la reducción del hambre es que no se cuenta con información actualizada, una política pública que refuerce iniciativas encaminadas a este propósito y que traduzca los objetivos a acciones concretas. Justamente el objetivo de hambre cero es el más rezagado de los ODS en Colombia, con un avance del 23,9% para 2023, según el Departamento Nacional de Planeación (DPN).

El magíster en Nutrición Cristian David Murcia Peñuela, investigador del Observatorio de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional de la UNAL, sostiene que en el caso del hambre el problema en Colombia no está sobrediagnosticado, sino que requiere de datos ciertos que permitan determinar qué acciones tomar para lograr los objetivos.

Agrega que para tener un panorama completo de la situación en el país se deben tener datos de poblaciones en lugares de vulnerabilidad climática, como por ejemplo las sequías en el Amazonas, –que disminuyeron el consumo de proteína en la región–, y la producción alimentaria por territorios, entre otros.

“Si seguimos pensando que la solución a la desnutrición crónica es la complementación o la suplementación alimentaria sin entender la matriz agraria, la política pública, lo que significa el sistema educativo, estamos fijando acciones muy chiquitas con metas muy ambiciosas”, sostiene el magíster Murcia.

José Villegas, líder de Alianzas e Incidencias en la Fundación Éxito —que trabaja en programas de alimentación— sostiene que las cifras se debieron actualizar en 2020, pero por la pandemia se retrasó, y este año se cumplen 10 años sin consolidar datos de nutrición que permitan dirigir los programas y presupuestos.

Carolina Turriago Borrero, asesora regional sénior de la Red de la Sociedad Civil del Movimiento Scaling Up Nutrition (SUN) para América Latina y el Caribe, señala que justamente ese rezago en varias acciones por parte de los Estados es lo que ha impedido tomar acciones concretas para cumplir con el ODS2, “Hambre cero”.

Uno de los ejemplos es Brasil, que en 2020 logró una tasa de subalimentación inferior al 2,5 % y en 2023 llegó al 3,9% —menor que Colombia—, logrando avances a través del fomento de la producción alimentaria para el consumo interno involucrando a las comunidades.

periodico.unal.edu.co