Una Pascua amarga para el Inter, derrotado 1-0 por el Bolonia en el Dall’Ara en el tiempo añadido: fue Orsolini, con un disparo en el área, quien decidió el partido válido para la 33ª jornada. Un nocaut. que llega justo al final del partido y vuelve a dibujar la clasificación, con Inter y Napoli empatados a 71 puntos a falta de 5 jornadas por jugar. El partido estuvo equilibrado durante largos tramos, con el Inter teniendo las mejores ocasiones al inicio del encuentro, con el Bolonia muy activo en la segunda mitad del primer tiempo. De hecho, los porteros estuvieron inactivos durante largos períodos. En la final el Inter llegó muy cansado, con el Bolonia cambiando de marcha con los cambios: asedio final con muchos balones en el área, el venenoso en el minuto 94 de saque de banda decidió el partido.

En resumen, el Inter empezó muy fuerte, pero inmediatamente tuvo que encontrar contramedidas al avance del Bolonia. El equipo del Italiano presiona por todo el campo, cierra espacios y asfixia cada jugada. Y en cuanto recupera el balón, sale en velocidad, aprovechando sobre todo a Ndoye, muy rápido por la derecha. Los suizos presionan a la defensa y cambian eficazmente la inercia del partido, trasladándola totalmente del lado del equipo local. El Inter defiende con orden, no cede la banda: sólo en una ocasión tiembla de verdad, con Pavard marcando un gol prácticamente seguro de Dallinga a dos pasos de distancia. A la hora de aumentar su radio de acción, el equipo de Inzaghi pone en apuros al Bolonia: Holm ataja un disparo cruzado de Carlos Augusto, mientras que poco después Bastoni envía el balón por encima del larguero tras un córner.

No es un partido espectacular, de hecho se va poniendo nervioso conforme pasan los minutos en la segunda parte. Las tarjetas y las sustituciones ensucian aún más el marcador, no hay oportunidades, ni de un lado ni del otro. El Inter solo tiene un susto real: un saque de banda, el disparo de Lautaro pega en el poste antes que Ravaglia y la parada de Taremi. Sin embargo, la acción fue frustrada por el silbato del árbitro que señaló una falta ofensiva. Y luego el final: todo rossoblù, con el Inter defendiendo pero sufriendo los numerosos balones recibidos por el Bolonia. El del 93’15 es letal: saque de banda, Bisseck lo toca, pero el balón le llega a Orsolini, que coordina y marca acrobáticamente. Fin del partido.

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