Redacción Ciencia, 24 abr (EFE).- Los bosques serán el objetivo de la nueva misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) con el lanzamiento la semana que viene de Biomass, que proporcionará datos sobre su estado y evolución, para mejorar el conocimiento sobre el papel que tienen en el ciclo del carbono.

Una misión que observará la biomasa forestal sobre el suelo, es decir, los troncos, ramas y tallos leñosos, donde los árboles almacenan la mayor parte del carbono, lo que será posible gracias a que es el primer satélite que incorpora un radar de banda P capaz de penetrar en el interior de los bosques.

El satélite Biomass es la séptima misión del programa Exploradores de la Tierra de la ESA y sus objetivos científicos «se centran en el carbono, los flujos de carbono y todo lo relacionado con la biomasa», explicó este jueves en una rueda de prensa virtual la directora de Programas de Observación de la Tierra, Simonetta Cheli.

Los bosques cubren aproximadamente un tercio de la Tierra, la mayor parte en los trópicos, y se calcula que cada año absorben unos 8.000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, el cual convierten en carbono que se almacena en la biomasa.

Biomasa, clave para medir el almacenamiento de carbono de los bosques

Medir la biomasa puede usarse como un indicador del carbono que almacenan los bosques, cuya cuantificación es el principal objetivo de la misión Biomass.

Evaluar el almacenamiento y el cambio del carbono forestal es clave para comprender el ciclo del carbono de la Tierra, que desempeña un papel fundamental en nuestro clima.

Cheli destacó que los bosques albergan el 80 % de la biodiversidad y recordó que cada día se pierden unos 100 kilómetros de bosques tropicales.

«Con estos parámetros se entiende inmediatamente la importancia de monitorizarlos, pero también de entender mejor el papel que desempeñan en el ciclo del carbono», añadió.

Cooperación internacional

En el desarrollo de la misión han colaborado, durante nueve años, 20 países europeos, Canadá y Estados Unidos. El principal contratista, Airbus Reino Unido, ha liderado un consorcio de más de 80 empresas, lo que la responsable de la ESA calificó como «un excelente trabajo de equipo».

Los datos que Biomass tome desde el espacio, a una altitud de 666 kilómetros, también serán validados sobre el terreno, para lo que hay acuerdos con países como Brasil, indicó.

Además, se intercambiarán conjuntos de datos con otras agencias de todo el mundo, en el contexto de la colaboración contra el cambio climático.

En cuando a la cooperación, Cheli fue preguntada sobre si le preocupan los cambios en Estados Unidos, a lo que señaló que «hay bastante incertidumbre» y aún no tienen «una indicación clara en términos de las instrucciones del nuevo administrador de la NASA», aunque sí hay «indicaciones del gobierno de desvincularse de la convención sobre el clima».

La colaboración entre la ESA y los EE.UU continúa y «no podemos prejuzgar lo que va a ocurrir en términos de flujo de datos, de voluntad de intercambiar conjuntos de datos», así que «lo estamos evaluando muy de cerca», dijo Cheli y agregó que «interactúan semanalmente con los socios de la NASA para seguir de cerca la evolución y las posibles repercusiones».

Satélite innovador

La máxima innovación de Biomass -destacó- es que es el primer satélite equipado con un radar de apertura sintética de banda P, con lo que puede penetrar a través de la copa de los árboles hasta el suelo, medir su altura y biomasa de manera uniforme.

Esos datos proporcionan información crucial sobre la estructura del bosque, lo que permitirá a los científicos estimar la biomasa, la altura y, en última instancia, el contenido de carbono.

Biomass despegará el próximo día 29, desde el puerto espacial europeo de Kurú, en la Guayana Francesa, a las 06.15 hora local (09:15 GMT) a bordo de un Vega-C, indicó el director de Transporte  Espacial de la ESA, Toni Tolker-Nielsen, quien aseguró que todos están «manos a la obra» para asegurar el éxito de esa misión.

El Vega-C es un lanzador «muy importante para Europa», que ha hecho «un brillante regreso» a la actividad, que retomó el pasado diciembre, tras dos años de parón debido al fracaso de su primera misión comercial. EFE