En Bogotá 10.478 personas son habitantes de calle, una cifra que aumentó 10 % en los últimos 7 años y que es la más alta de los últimos 28 años en la ciudad. Según el censo de la Secretaría Distrital de Integración Social, 4 de cada 10 habitantes llegaron a esta condición por conflictos familiares, y la exclusión del resto de la población les impide buscar ayuda, acceder a servicios u optar por un cambio de vida.

5 de mayo de 2025share

El desprecio a los habitantes de calle es una idea heredada desde la colonia que impide atender a esta población. Foto: archivo Unimedios.El desprecio a los habitantes de calle es una idea heredada desde la colonia que impide atender a esta población. Foto: archivo Unimedios.

Expertas invitadas al programa Análisis UNAL, de Radio UNAL, analizaron los resultados que ilustran los cambios de la situación de los habitantes de calle de Bogotá durante los últimos años, y que impactan tanto en la atención de esta población como en la garantía de sus derechos.

Dalma Sofía Ariza, asesora de la Secretaría Distrital de Integración Social, explica que uno de los cambios identificados con la actualización del censo es que la principal razón que llevó a las personas a vivir en la calle fueron los conflictos familiares, mientras que antes se atribuía especialmente al consumo de sustancias psicoactivas.

El 21,3% de los habitantes de calle llegaron a esa condición antes de los 18 años, por problemas familiares. Esta pérdida de contacto con la familia afecta sus redes de apoyo para sobrellevar otras condiciones como la salud mental o el consumo de sustancias psicoactivas.

Los problemas de salud también afectan la vida de los habitantes de calle, tanto por enfermedad respiratoria como a cusa de problemas dentales, presente en el 84% de los encuestados, una situación que también impide su inclusión en otros entornos, como el laboral.

Así mismo el desprecio hacia los habitantes de calle les impide ejercer sus derechos, e incluso el 67% de ellos tema por su vida. Según expone la docente Patricia Rodríguez Santana, profesora e investigadora social del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Humanas de la UNAL, esta dinámica de exclusión es heredada de la forma como se definió el concepto de “ciudadano socialmente aceptado”.

Este tipo de exclusión permanece y lleva a que los habitantes de los barrio tengan conflictos con aquellos que habitan la calle, desconociendo su calidad de ciudadanos con derechos, y vistos como un grupo que puede ser excluido o que no puede convivir con los demás. Estos conflictos generan problemas por desconocimiento de los derechos de personas vulnerables.

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