Los días 8 y 9 de mayo se celebran las Jornadas de Recuerdo y Reconciliación en Honor de Quienes Perdieron la Vida en la Segunda Guerra Mundial, una conmemoración establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2010, coincidiendo con el 65.º aniversario del fin del conflicto. Más que una efeméride, es un llamamiento a la memoria colectiva y a la construcción de un futuro en paz.
¿Por qué se celebra en estas fechas?
La elección del 8 y 9 de mayo no es casual. El 8 de mayo de 1945, la Alemania nazi firmó su rendición incondicional, marcando el fin de la guerra en Europa. Sin embargo, debido a las diferencias horarias, en Moscú ya era 9 de mayo, fecha que se convirtió en el Día de la Victoria en Rusia y otras naciones de Europa del Este. Esta dualidad refleja las diversas perspectivas y experiencias de los países involucrados en el conflicto.
La Segunda Guerra Mundial fue el conflicto más devastador de la historia moderna, con un saldo de aproximadamente 60 millones de muertos, entre civiles y militares. Las Naciones Unidas, surgidas tras la guerra, establecieron estas jornadas para rendir homenaje a todas las víctimas y promover la reconciliación entre las naciones. La resolución 64/257 de la Asamblea General invita a los Estados miembros, organizaciones y ciudadanos a conmemorar estos días de manera apropiada.
Celebraciones y actividades en distintas partes del mundo
Las conmemoraciones varían según los países y las culturas. En Francia, el 8 de mayo es festivo nacional, conocido como «Día de la Victoria». En Rusia, el 9 de mayo se celebra con desfiles militares y la marcha del «Regimiento Inmortal», donde los ciudadanos portan retratos de familiares que participaron en la guerra. En 2018, esta marcha reunió a más de 10 millones de personas en toda Rusia.
En otros lugares, las actividades incluyen ceremonias, exposiciones, proyecciones de películas y conciertos. Por ejemplo, en 2010, la Asamblea General de la ONU organizó una sesión solemne y proyectó la película «La balada del soldado», una obra rusa que retrata los efectos de la guerra.
En un mundo donde los conflictos y las tensiones persisten, recordar el pasado es esencial para evitar repetir los mismos errores. Las Jornadas de Recuerdo y Reconciliación nos ofrecen una oportunidad para honrar a quienes sufrieron y para comprometernos con un futuro más justo y pacífico.
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