Concha Tejerina

València, 11 may (EFE).- La presidenta de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), Yolanda Gilaberte, ha advertido del impacto que el cambio climático tiene en la salud de la piel, ya que el incremento de temperaturas, la baja humedad y la contaminación pueden generar o agravar dolencias cutáneas.

«El aumento de las temperaturas puede afectar a las dermatitis atópicas, influir en enfermedades donde el aumento de la sudoración es perjudicial y, por supuesto, en el cáncer de piel», ha asegurado en declaraciones a EFE la presidenta de la Academia, que esta semana ha celebrado su quincuagésimo segundo Congreso en València, donde ha reunido a más de 2.000 dermatólogos.

Según ha indicado, la Academia Española de Dermatología, a través de su programa de sostenibilidad, «tiene mucho interés en investigar cuál es la influencia en el corto o largo plazo de todos estos cambios en las enfermedades de la piel que supone el cambio climático».

Para Gilaberte, el aumento de la temperatura y la baja humedad pueden llevar a cambiar los vectores, bacterias, hongos y virus que tenemos alrededor y podría generar en la piel, nuestra barrera externa, infecciones que no son habituales en nuestro medio.

Además, el cambio climático y la polución pueden influir de forma negativa en la dermatitis atópica, ya que al ser una piel muy sensible es mucho más propensa a esos cambios ambientales, así como a enfermedades en las que el aumento de la sudoración sea perjudicial, como la hidradenitis o la hiperhidrosis.

También en las denominadas ‘psicodermatosis’, enfermedades cutáneas que están relacionadas con cuestiones psicológicas, y «por supuesto» en el cáncer de piel, ya que un aumento de las temperaturas «va a hacer que las personas estén más tiempo al aire libre y con menos ropa, y eso significa más exposición solar y más cáncer cutáneo».

Incremento de casos

Según Gilaberte, en los últimos años ha habido un incremento en la incidencia de casos de dermatitis atópica y de enfermedades autoinmunes, en las que «sin duda tiene que influir la cuestión ambiental», así como de cáncer de piel, «cuyo aumento sigue desde hace muchos años y no para».

«Este aumento de casos en enfermedades cutáneas influido por el cambio climático lo vamos a ver de forma progresiva, no va a ser un incremento brusco como cuando se produce un desastre natural, como por ejemplo la dana, donde se vieron patologías cutáneas que tenían relación con las inundaciones», ha explicado.

La presidenta de la Academia Española también ha advertido de los efectos que pueden tener en la piel los microplásticos «a los que estamos expuestos en cosméticos o en alimentos».

Personalizar la fotoprotección

«Hay que intentar educar y personalizar la fotoprotección porque no todo el mundo tiene el mismo riesgo ni las mismas exposiciones», según Gilaberte, quien ha destacado que desde la Academia abogan por educar a la ciudadanía y ofrecerles recomendaciones sobre la importancia que tiene la higiene de la piel, la protección solar o la detección precoz de posibles problemas cutáneos.

Según explica, las personas que trabajan en el exterior permanentemente necesitan una protección muy intensa porque su riesgo de cáncer de piel es alto, pero quienes lo hacen en una oficina y en una ciudad con mucha polución necesitan más un protector contra esa contaminación ambiental a la que está expuesta.

«De ninguna manera vamos a alentar que la gente se quede en casa, que es lo más protector de todo. Por supuesto hay que salir, disfrutar y hacer ejercicio, pero siempre con las medidas adecuadas» de protección.

En ese sentido, ha recordado que la Academia tiene la aplicación móvil gratuita UV-Derma, que busca fomentar los hábitos dermosaludables frente a los efectos dañinos del exceso de exposición solar.

Se trata de una herramienta informativa que ofrece consejos para la prevención del cáncer de piel con información meteorológica a tiempo real sobre los niveles de radiación ultravioleta solar incidente en la localidad donde se encuentre la persona con su móvil.

Lo primero que hace la persona que se conecta es ver su fototipo e identificar cómo responde su piel al sol, y la aplicación aporta la información del índice de radiación ultravioleta (UVI) a tiempo real y las recomendaciones básicas en fotoprotección. EFE

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