Agencia de Noticias UN. – Su alto nivel de antioxidantes se puede comparar con el de los arándanos, el agráz y las moras. Ahora, además de fresco, este fruto amazónico se podrá consumir como bebida funcional.
La caracterización del fruto conocido científicamente como Euterpe precatori Mart., también determinó que más del 50 % de su composición es grasa y que contiene un 55 % de ácido oleico, benéfico para la salud.
La investigación de Yury Milena Castillo Quiroga, de la Maestría en Ciencia y Tecnología de Alimentos de la U.N., permitió realizar un proceso de secado en el que se observó que se puede obtener un ingrediente natural (polvo) de forma deshidratada, que conserva la actividad antioxidante del asaí.
Según la magíster, con este trabajo quiso demostrar que el desarrollo de los productos alimenticios no debe alejarse de la parte gastronómica y mucho menos de la nutricional.
Su tesis llamada “Evaluación de la inclusión del asaí (Euterpe precatori Mart), en el desarrollo de una bebida funcional” contó primero con una caracterización del fruto, cuyas plantas crecen en ambientes agrestes, en altas temperaturas y mucha humedad, donde comienzan a desarrollar componentes que pueden tener implicaciones en la salud.
El asaí es un frutal amazónico reconocido por la literatura científica y el saber popular, por su potencial terapéutico y el alto contenido de antioxidantes tipo polifenoles, que actúan como compuestos bioactivos.
Como especie subutilizada no ha sido estudiado ampliamente y se desconocen sus aplicaciones en las industrias de alimentos, cosmética y nutracéutica (alimentos beneficiosos para la salud).
Según la investigadora, este trabajo se concentró en la exploración de su potencial tecnológico y alimentario, así como en la elaboración de una bebida con implicaciones en la salud.
“Lo primero fue la caracterización del estado del arte de las propiedades nutricionales; después, en la parte experimental, basados en la revisión bibliográfica, hicimos la caracterización bromatológica o sea la composición de nutrientes”, explica Castillo Quiroga.
Posteriormente se pensó en un proceso de secado para la obtención de compuestos antioxidantes, que permitieran hacer la formulación de un ingrediente funcional en polvo que se le pudiera agregar a una bebida.
Este proceso de deshidratación se hizo por medio del método de convección forzada, que obliga al líquido a fluir mediante agentes externos, como un ventilador o una bomba.
También se desarrolló un estudio clínico de intervención, en el que se suministró la bebida una vez al día, durante una semana, a ocho voluntarios sanos del Hospital Militar de Caracas (Venezuela). A ellos se les hizo una evaluación nutricional en la que se midieron parámetros como peso, talla, índice de masa corporal y porcentaje de grasa.
La evaluación mostró que tras el consumo de la bebida, los voluntarios tuvieron una reducción del estrés oxidativo (desequilibrio en las células por aumento en los radicales libres o disminución en los antioxidantes).
La metodología del estudio contó con resultados previos del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (SINCHI), análisis químicos, bromatológicos, antioxidantes y caracterizaciones fisicoquímicas, en las que se hicieron pruebas de pH, acidez y otros parámetros.
Por último, con el ingrediente natural obtenido, se analizó el comportamiento al agregarle diferentes cantidades de azúcar. Para esto se adelantó una prueba sensorial con 70 participantes y una bebida con el 3 % de azúcar, que tuvo gran aceptación en los consumidores.
Según la investigadora, el impacto de esta investigación para comunidades como las del Guaviare y otras de la zona amazónica, en donde el fruto crece de forma silvestre, es muy positivo pues abre una puerta para explorar alternativas de desarrollo de alimentos funcionales que les representen ingresos.