Si has estado siguiendo la conversación global sobre la contaminación plástica, probablemente hayas oído hablar de los microplásticos. Estas pequeñas partículas han aparecido en todas partes, desde las profundidades del océano hasta la cima del Monte Everest, e incluso en el cuerpo humano.

Pero, ¿qué son exactamente los microplásticos, por qué son preocupantes y qué puede hacer el mundo al respecto? Sigue leyendo para descubrirlo.

¿Qué son los microplásticos?

Existen varias definiciones. Un enfoque ampliamente utilizado define los microplásticos como cualquier fragmento de plástico de entre 1 nanómetro y 5 milímetros de ancho. Un nanómetro es solo una fracción del ancho de un cabello humano, y 5 milímetros son aproximadamente el ancho de un anillo de bodas.

¿De dónde provienen los microplásticos?

Existen dos fuentes principales, afirma Susan Gardner, directora de la División de Ecosistemas del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Algunos plásticos están diseñados para ser pequeños. Estos se conocen como microplásticos primarios, como las microesferas que se añaden intencionalmente a los jabones faciales y otros productos de cuidado personal. Pero la mayoría de los microplásticos provienen de la lenta desintegración de productos plásticos más grandes, como envoltorios de plástico, envases de comida para llevar, ropa de poliéster, neumáticos, pintura y césped artificial. Estos se conocen como microplásticos secundarios.

¿Qué tan comunes son los microplásticos?

Muy comunes. Se encuentran en el agua, el suelo y el aire. Según una estimación, 2,7 millones de toneladas de microplásticos se filtraron al medio ambiente en 2020, una cifra que se espera que se duplique para 2040. «Se puede afirmar con seguridad que los microplásticos están prácticamente en todas partes», afirma Gardner, cuya división trabaja para combatir la contaminación plástica en lagos, ríos y océanos.

¿Cómo llegan los microplásticos al medio ambiente?

Hay varias maneras. Con el tiempo, los productos plásticos desechados, como las botellas de agua y el film transparente, pueden descomponerse en microplásticos. Las telas sintéticas, como el poliéster, pueden desprender fibras microplásticas al lavarse. Los microplásticos también se liberan al medio ambiente cuando las personas usan productos contaminados con estas partículas.

Sin embargo, los microplásticos se infiltran en el medio ambiente y, una vez allí, se dispersan. Las investigaciones han demostrado que las partículas pueden desplazarse a través de la red alimentaria, así como a través del suelo, el agua, el hielo e incluso el aire.

«Apenas estamos empezando a comprender cómo se desplazan los microplásticos y dónde terminan», afirma Gardner. «Pero lo que sí sabemos con certeza es que, cuando llegan al medio ambiente, también terminan en nuestra cadena alimentaria. Los científicos aún intentan comprender su posible impacto en nuestra salud, pero existen motivos reales para preocuparse».

¿Por qué los microplásticos son potencialmente un problema para las personas?

Los microplásticos pueden entrar en el cuerpo humano por ingestión e inhalación. Queda por confirmar si los nanoplásticos, que miden menos de 1 micrómetro de diámetro, pueden incluso atravesar la piel, como sugieren algunas investigaciones.

Un estudio de 2019 reveló que algunos adultos podrían consumir entre 39 000 y 52 000 partículas de microplásticos al año en promedio, dependiendo de su ubicación y su actividad. Se han encontrado microplásticos en todo el cuerpo humano, incluso en las paredes de las arterias.

¿Son los microplásticos perjudiciales para las plantas, los animales y el medio ambiente en general?

Sí. Un estudio descubrió que pueden ralentizar el crecimiento de un alga marina microscópica conocida como fitoplancton, la base de varias redes tróficas acuáticas. Otro informe reveló que los microplásticos pueden reducir la fertilidad del suelo, lo que dificulta las cosechas. Un estudio sugirió que los microplásticos podrían acelerar el derretimiento de la nieve y el hielo en lugares como el Ártico, lo que limita la capacidad del planeta para reflejar la luz solar y acelera el calentamiento global.

¿Cómo se puede reducir la cantidad de microplásticos en el medio ambiente?

Un primer paso es que las empresas dejen de añadir microplásticos innecesarios a sus productos, afirma Gardner. También es importante rediseñar los productos para que contengan menos plástico y desprendan menos fibras plásticas, pero que tampoco se liberen al medio ambiente al final de su vida útil. Reforzar los sistemas de recolección y reciclaje de residuos ayudaría a evitar que los productos plásticos se escapen al medio ambiente, donde se descomponen en microplásticos.

¿Se está haciendo algo al respecto?

Sí, existe un creciente esfuerzo mundial para abordar la contaminación por plásticos. Por ejemplo, el Día Mundial del Medio Ambiente de este año —una celebración anual de la Tierra que se celebra el 5 de junio y organizada por el PNUMA— destacará soluciones a la contaminación por plásticos y al problema de los microplásticos. Mientras tanto, los países del mundo están negociando un acuerdo internacional jurídicamente vinculante para acabar con la contaminación por plásticos. Las negociaciones se reanudarán en Ginebra, Suiza, en agosto.

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