El Barça ha superado la difícil visita al Atlético de Madrid, correspondiente a la tercera jornada de Liga, con un triunfo de carácter y calidad. Incontestable. Y eso que, a pesar de una notable primera mitad, se adelantaban los locales en la reanudación. Las claves han sido el empate de inmediato de Neymar y la eclosión de Leo Messi. El argentino revolucionó el encuentro con su aparición en la segunda mitad hasta apuntarse el tanto que valía un triunfo de oro.

Sin Messi y con una retaguardia atípica por las bajas de Bravo, Alves y Piqué, la salida del Barça ya había sido esperanzadora. Dominaba a través de largas posesiones. Esta vez, pues, no se ha producido la temida salida en tromba del Atlético de Madrid. Los colchoneros se encerraron desde el principio, esperando sus opciones a la contra. Eran escasas por la agresividad en la presión alta de los azulgrana.

Se jugaba sólo en terreno rojiblanco, con pocos espacios. Eso sí, en la media hora inicial, el Barça fue capaz de originar dos oportunidades casi inmejorables. La primera la salvó el portero Oblak ante Rakitic, precedido por una jugada antológica de Iniesta (min 14). La segunda fue el travesaño el que ha negado el gol a Suárez, a bocajarro (min 24). No acompañaba la suerte al Barça. En esta acción, a la salida de un córner, se lesionó Vermaelen, sustituido inmediatamente por Mathieu.

También al contragolpe estuvo a punto de inaugurar el marcador Neymar (min 35). El Barça, superior, controlaba todos los registros. Incluso reclamó dos manos dentro del área rival en pleno asedio. Pero el partido tomaba una nueva dimensión en la reanudación, cuando Fernando Torres se apuntó el 1-0 en una rápida asociación local. (min 51). Acto seguido, Neymar empataba con una brillante ejecución de una falta directa (min 54). Una obra de arte. A todo esto, Rakitic dejaba paso a Leo Messi (min 59).

Ahora el partido parecía vivo. Continuaba mandando el Barça, pero el tanto de Torres permitía al Atlético creer más en sus posibilidades. Sobre todo cuando Godín salvó, con la mano, un balón de Neymar que ya enfilaba el camino de la gloria. Pero, poco a poco, el Barça recobraría su dominio y ganaría profundidad. Con Messi sobre el césped, la historia cambió. Después de un viaje transoceánico y de no haberse podido entrenar por su segunda paternidad, el mejor jugador de la historia decidió el choque tras un regalo de Luis Suárez.

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