Guiyu, en China una de las ciudades mas contaminadas del mundo, está considerada la «capital de los desechos electrónicos del mundo.» La ciudad emplea a más de 150.000 desensambladores de aparatos, recicladores y obreros de rescate de partes, que entre lágrimas provocadas por los gases tóxicos emitidos por dichos desechos, trabajan para recuperar los metales u otras partes de valor que pueden ser reutilizados o vendidos.

Esto está lejos de hacerse de una manera organizada; en lugar de tener ordenadores prolijamente apilados en unidades de almacenamiento en espera de ser reciclados, las carcasas de los equipos están esparcidas por las calles de la ciudad y las riberas del río.

Enormes marañas de hilos y cables en cada esquina Los trabajadores, los cuales por lo general se especializan en desmontar partes específicas, retiran las piezas de los distintos montones dispersos por todos los rincones de la ciudad y comienzan su ardua y peligrosa tarea a un costado de la calle. Ellos usan sus manos para desmontar las piezas y luego barren lo que queda (tóner de impresora, residuos secos y líquidos, etc.) desde las calles directamente hacia el río.

Hay miles de talleres individuales donde los trabajadores “limpian” cables, desmontan los chips de las tarjetas de circuitos, muelen las cajas de ordenadores de plástico en minúsculas partículas y sumergen los tableros en baños de ácido para disolver el plomo, el cadmio y otros metales tóxicos. Miles de personas se toman el trabajo de despojar de aislamiento todo el cableado en un intento de salvar pequeñas cantidades de hilo de cobre. El aire de Guiyu huele a plástico quemado y a metales nocivos, pero los trabajadores han aprendido a vivir en estas condiciones.

 

 

¿Qué tan legal es el negocio? China prohíbe oficialmente la importación de desechos electrónicos, pero es tan grande la afluencia de dinero que llega a las arcas de los gobiernos locales, que la codicia triunfa sobre todo lo demás.

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¿Y qué hay de la gente? Los residentes son sólo parcialmente conscientes de los efectos negativos que sus condiciones de trabajo tienen para su salud. Ellos entienden que el trabajo no es el ideal, pero los salarios son casi cinco veces más altos de lo que antes ganaban como agricultores y jornaleros. Una triste realidad de Guiyu es que el 88% de los trabajadores sufren de disfunciones neurológicas, afecciones respiratorias o alteraciones digestivas. Un número similar también padece de diversas enfermedades de la piel.

Fuente: http://www.ecoticias.com/residuos-reciclaje/107798/Basura-electronica-destino-final-Guiyu