Es innegable que el cambio climático ha sido originado por la acción humana, lo ha explicado en reiteradas oportunidades el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), principal órgano científico que estudia las consecuencias del incremento de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en el mundo. Es innegable también que las acciones en los países desarrollados, encabezados por Estados Unidos y la Unión Europea, y más recientemente países en desarrollo como China o India, son las que han provocado el calentamiento global, y han originado que las Islas y los países más pobres se vean expuestos a sufrir las consecuencias de las malas prácticas y hayan sido los más afectados por los cambios en la temperatura del planeta.

Para evitar que las consecuencias dramáticas que el cambio climático ya originado, como los eventos extremos y el incremento del nivel del mar, sean olvidados en el tiempo, las naciones más afectadas negociarán durante la COP21 para que el Mecanismo de Pérdidas y Daños figure en el acuerdo global. ConexiónCOP explica en detalles de qué se trata este mecanismo internacional y cómo ayudará a los países más vulnerables.

1.- Se estableció en Varsovia. El Mecanismo Internacional de Pérdidas y Daños fue establecido en la cumbre climática del 2013 en Varsovia (Polonia) por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el objetivo de enfrentar las consecuencias del cambio climático en los países en desarrollo y las islas, que son los más expuestos al calentamiento global.

2.-Los daños incluyen disminución en las producciones. Se considera daño a la destrucción total o parcial de los activos físicos existentes en la zona afectada. Su valor monetario se toma en base a los precios prevalecientes justo antes del suceso. Asimismo, se entiende por pérdidas a los cambios de los flujos económicos derivados del desastre que ocurren desde el momento del suceso hasta que se alcanza la recuperación económica y la reconstrucción plena. Característicamente las pérdidas incluyen la disminución de la producción de los sectores productivos (agricultura, ganadería, pesquería, industria y comercio), y la reducción de los ingresos y el aumento de los costos de operación de la prestación de servicios (educación, salud, agua y saneamiento, electricidad, transporte y comunicaciones).

3.- A través del mecanismo se solicita a los países desarrollados fortalecimiento y apoyo, incluyendo tecnología y desarrollo de capacidades, para que las naciones vulnerables hagan frente a las pérdidas y daños. Además, indica que las acciones se deben complementar con ayuda de órganos existentes y de grupos de expertos fuera y dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

4.- Globalmente, el nivel de transición energética necesaria para frenar el cambio climático es tal, que se necesita una verdadera revolución tecnológica. Es por esto que uno de los temas que se trata en el texto de París, anexado a Pérdidas y Daños, es el desarrollo de nuevas tecnologías limpias, y sobre todo, que puedan ser compartirlas con los países en desarrollo. Se hablan temas como eliminar barreras económicas para la transferencia, cooperar en el desarrollo de la tecnología, o asegurarse que esta sea testada adecuadamente, antes de enviarla en modo de ayuda a países en desarrollo.

5.- La construcción de capacidades dentro del marco de la CMNUCC pretende ayudar a los países menos desarrollados a una transición hacia una economía limpia, a diseñar planes de adaptación y mitigación para sus regiones, facilitar el acceso a la financiación, fomentar la educación y la conciencia ciudadana, de acuerdo con los intereses de cada país receptor.

6.- El plan invita también a los países miembros de la CMNUCC a fortalecer y desarrollar instituciones y redes a nivel regional y nacional, especialmente en los países en desarrollo particularmente vulnerables, para mejorar las acciones para enfrentar las pérdidas y daños de una manera que fomente la cooperación y coordinación entre las partes interesadas pertinentes, y mejore el flujo de información.

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7.- El impacto social de los desastres es mayor en los países en desarrollo, donde las poblaciones son más vulnerables y menos resistentes. Por ello, existen dos usos de la evaluación de daños y pérdidas, y la participación del estado es fundamental. Se necesitan definir intervenciones gubernamentales para atender las secuelas inmediatas del desastre con el objetivo de aliviar el sufrimiento humano e iniciar la recuperación económica; a mediano plazo, la evaluación sirve para definir las necesidades financieras para lograr la recuperación y la reconstrucción.

8.- Durante la COP20, y respondiendo al llamado de los Estados más vulnerables frente al cambio climático, se reconoció expresamente al mecanismo de daños y pérdidas y su comité ejecutivo fue confirmado por dos años con una representación equilibrada de miembros de países en desarrollo y desarrollados. Durante la COP21 se espera que sea incorporado en el acuerdo climático global.