Apoyado fervorosamente por unos 15.000 fanáticos en las tribunas que pintaron el estadio de rojo y blanco, River Plate venció por 1-0 al Sanfrecce Hiroshima con un gol de cabeza de Lucas Alario y se clasificó a la final de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA Japón 2015. El encuentro se jugó el 16 de diciembre en el Osaka Nagai Stadium, de Osaka.
Pese a que casi no tuvo la pelota en los primeros 25 minutos de partido, el campeón japonés fue superior en la etapa inicial al conjunto argentino. River comenzó apretando bien en la salida, tapando la generación de juego del capitán Aoyama y obligando al error. Tenía el balón, lo mimaba para que aparecieran los espacios, pero careció de profundidad ante un equipo muy bien parado con cinco defensores y que sellaba los huecos.
El negocio del Sanfrecce pasaba por los pelotazos largos a Yuzuke Minagawa y Douglas y, ni bien metió el primero que generó peligro, pasó a dominar psicológicamente. Erró Eder Álvarez Balanta el cierre de cabeza y Minagawa enfrentó solo a Marcelo Barovero. El 1 millonario sacó una mano providencial y no fue la única: en el 33 sacó por encima un disparo peligroso de Yusuke Chajima y a los 40, después de que Aoyama encontrara una estancia en el centro de la defensa de River y pasara a Minagawa, voló a su izquierda para desviar el remate que buscaba ángulo del 22. Providencial.
La cabeza de Alario siempre está
River se fue al descanso no habiendo generado ninguna opción clara. Apenas iniciada la segunda tuvo la mejor cuando Rodrigo Mora la mandó a las nubes desde inmejorable posición tras un centro de Lucas Alario. Un minuto después, Balanta salvó in extremis una contra que tenía destino de gol. El recordatorio de que los japoneses tenían mucho poder de daño.
Gallardo movió el banco buscando más fútbol con Lucho González y desborde con el uruguayo Tabaré Viudez. River tenía la pelota, pero su juego era plano, hasta que la pelota parada, la que lo salvó otras veces cuando no encontraba el violín, apareció: Jonathan Maidana anticipó al arquero Hayashi y a su cabezazo le siguió el de Alario para dar la ventaja y que exploten las miles de gargantas rojiblancas en el estadio (0-1, 72’).
El ganador se tranquilizó, pudo aumentar, pero también debió sufrir. El Sanfrecce vendió cara su derrota y hasta el último minuto luchó por un empate que no fue. Festejó River, que ahora espera conocer a su rival, Guangzhou Evergrande o FC Barcelona, para la gran final del domingo en Yokohama.
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