El exvicepresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Eugenio Figueredo, procesado con prisión por lavado de activos, fue trasladado en la tarde de este jueves desde Cárcel Central a la Asociación Española, debido a una descompensación. «Síndrome agudo coronario», dijo una fuente policial.
Tras enviar a la cárcel al exvicepresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Eugenio Figueredo, por los delitos de estafa y lavado de activos, ahora la Justicia profundizará la indagatoria en cómo el dirigente logró blanquear en Uruguay las importantes sumas de dinero que obtuvo mediante el cobro de coimas, principalmente en inversiones inmobiliarias.
La trama del lavado
«Figueredo reconoce haber recibido cifras millonarias por la actividad ilícita descrita, volcándolas al mercado en transacciones por lo general inmobiliarias, para lo cual convirtió, con la cooperación de la empresa Weiss Sztryk Weiss, el producto de su actividad ilícita, ingresándolas al mercado regular de la economía uruguaya», dice el dictamen del fiscal.
Figueredo tenía participación de 10% en la construcción de un hotel cinco estrellas y también compró dos apartamentos en Punta del Este que el exvicepresidente de la Conmebol definió como de «escaso valor».
Al declarar, Figueredo individualizó la casa cambiaria mediante la que recibía los giros de dinero y dio detalles sobre la compra de las sociedades anónimas que usó para realizar varios de los negocios, aspectos que serán objeto «de una pronta investigación» que el fiscal pedirá a la jueza.
Además, el fiscal pedirá investigar la «intervención» de los escribanos que a pedido de Figueredo participaron en las transacciones inmobiliarias sin que se generaran reportes de operaciones sospechosas de lavado de activos, como lo establece la ley. En su declaración, Figueredo mencionó a un notario con quien tiene una larga amistad y que además en su momento estuvo vinculado a la Asociación Uruguaya de Fútbol, según informaron fuentes judiciales a El Observador.
Plata dulce
El exvicepresidente de la Conmebol admitió que «recibía importantes sumas de dinero» en el marco de una política institucionalizada en ese organismo para «mantener el status quo de una aviesa forma de corrupción», según Gómez. «De esa forma, entre otras cosas, se evitaba el llamado a oferentes y/o nuevos contratantes para la comercialización de los derechos de televisación de los distintos torneos organizados en el ámbito de la Confederación», añade el dictamen fiscal.
Figueredo dijo ante la jueza De los Santos y el fiscal Gómez que como presidente de la Conmebol buscó «legalizar» la «plata dulce» que se repartían entre los dirigentes. Eso, en opinión del fiscal, muestra una red de corrupción «sin parangón» que «lamentablemente azotó al fútbol sudamericano, en impunidad que se ha mantenido durante décadas».
Figueredo reconoció que ese accionar representó un perjuicio para los clubes y los jugadores profesionales, que vieron menguados sus ingresos. De hecho, la denuncia que derivó en su procesamiento fue presentada en diciembre de 2013 por la Mutual de Futbolistas y siete clubes locales que luego desistieron y no ratificaron la acción.