La diversidad de los microbios del suelo, como las bacterias y los hongos, podría utilizarse como indicador de los efectos del cambio climático, según ha desvelado un estudio liderado por la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) que acaba de publicar la revista científica ‘Nature Communications’.

Los microbios del suelo proporcionan algunos de los servicios más importantes que nos brindan los ecosistemas terrestres, como la fertilidad del suelo o su capacidad para producir alimento y actuar como un sumidero del CO2 que emitimos a la atmósfera con la quema de combustibles fósiles, según ha explicado la URJC en un comunicado.

Recientes estudios indicaban que «un aumento en la diversidad de estas comunidades puede mejorar la capacidad de los ecosistemas para proveer estos servicios», sin embargo, «hasta la fecha ningún estudio había evaluado de manera explícita estas relaciones en ecosistemas naturales a escala global».

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Esto es precisamente lo que abordan en un estudio un equipo internacional de investigadores, liderado por el profesor titular de Ecología de la URJC e investigador principal del proyecto Biocom, Fernando Tomás Maestre, y cuyos resultados se han presentado hoy en un artículo publicado en la revista ‘Nature Communications’.

Dicho estudio concluye que la diversidad de las bacterias y hongos del suelo «se relaciona positivamente con funciones y servicios ecosistémicos clave, como la producción de biomasa vegetal y la fertilidad del suelo», según ha explicado el profesor Maestre.

Para llegar a esta conclusión los investigadores han estudiado un total de 80 ecosistemas situados en zonas áridas de todos los continentes excepto la Antártida, así como otros 179 situados en Escocia, que son representativos del tipo de ecosistemas que se encuentran en zonas de clima templado.

Los datos publicados indican que «cualquier pérdida de diversidad microbiana a consecuencia del cambio global tendrá una repercusión negativa en la provisión de funciones y servicios ecosistémicos», apunta el autor principal del artículo e investigador de la Universidad del Oeste de Sidney (Australia), Manuel Delgado Baquerizo.