EFEverde.- Plásticos, maderas, tuberías y otros materiales de construcción son escupidos diariamente por el océano Pacífico a la playa peruana de Carpayo, la más sucia de Latinoamérica, al acumular toneladas de desechos y residuos procedentes de Lima, la única capital de Suramérica al costado del mar.
Ninguna otra playa de América Latina llega a aglutinar los 2,8 kilos de basura por metro cuadrado que se recogieron en Carpayo durante la última campaña de limpieza organizada por la ONG Vida (Instituto para la Protección del Medio Ambiente), aseguró a Efe su presidente, Arturo Alfaro.
En esa campaña, realizada el pasado 19 de septiembre, se recogieron 60 toneladas de desechos en apenas tres horas gracias al trabajo de un millar de voluntarios, y la organización estima que durante el año se pueden llegar a recoger 3.000 toneladas basura, en una playa con una longitud de 500 metros.
“La dejamos limpia, pero al día siguiente había nuevamente basura. Comparamos los resultados con otros lugares donde también se hacen campañas similares, como en Filipinas y Hawai (Estados Unidos), y ninguna tiene la densidad de basura de Carpayo. Es único”, explicó Alfaro.
“Entre el 40 % y el 50 % de la basura que llega a Carpayo es material que se puede reciclar. Lo más peligroso son las partículas pequeñas, como las del poliestireno, que a menudo son confundidas como alimento por parte de los peces y aves”, lamentó Alfaro.
Los pescadores locales tienen que navegar mar adentro para evitar que sus redes recojan kilos de basura que, por su peso, pueden llegar a romper los aparejos, relató a Efe Miguel Ángel, uno de los pescadores que habita en un grupo de chabolas ubicadas en uno de los extremos de Carpayo.
La Municipalidad del Callao gasta alrededor de un millón de soles (unos 286.000 dólares) en limpiar la playa de Carpayo y otros dos más de una “basura ajena, generada por municipios de Lima”, recordó Alfaro.