El penal es un duelo entre el lanzador y el guardameta… Bueno, casi siempre, porque en raras ocasiones, ¡quien está bajo los tres palos se enfrenta a dos rivales!
Eso le sucedió este 14 de febrero a Sergio Álvarez en el Camp Nou. El arquero del Celta de Vigo se preparaba para intentar atajar una pena máxima cobrada por Leo Messi. Pero ‘la Pulga’ desconcertó a propios y extraños cuando, en lugar de buscar un disparo potente para buscar su gol 300 en Liga, la raseó, mansa, ¡a su derecha! Hasta allí llegaba a toda velocidad Luis Suárez, quien marcó a placer. Rivales, compañeros y aficionados no lo podían creer.
Terminado el partido, con un marcador de 6-1 favorable al Barcelona, Neymar explicaba lo sucedido en la cancha. “El pase era para mí. ¡Lo habíamos practicado en los entrenos!, pero Luis estaba más próximo y lo ha rematado él», decía con una sonrisa. “Estamos muy contentos por ello. Nuestra amistad es lo más importante, no importa quién hace los goles”, concluía el brasileño antes de marcharse.
A los aficionados más veteranos o con más memoria, este ‘penal indirecto’ les recordó a otro anotado un día de diciembre de 1982.
El Ajax ganaba 1-0 al Helmond Sport cuando Johan Cruyff sufrió un penal. El sensacional atacante se dispuso a ejecutarlo él mismo pero, en lugar de lanzar, envió el balón hacia un lado, a la trayectoria de su compañero Jesper Olsen. Éste atrajo hacia él al número 1 del Helmond, Otto Versfeld, antes de devolver el esférico a Cruyff, quien lo empujó sin oposición al fondo de las mallas.
“Me quedé atónito”, reconoció el arquero. “¡No comprendía lo que acababa de ocurrir!” Cruyff añadió: “Era en vísperas de Navidad, ¡así que quise regalar a nuestros hinchas un bonito recuerdo!”
Entonces, los titulares de los periódicos de todo el mundo señalaron que Cruyff y Olsen habían inventado el penal a dos toques, pero la realidad es que esta ingeniosa manera de cobrar una pena máxima, la misma que homenajearon Messi y Suárez, nació unos cuantos años antes. Y no en Amsterdam, sino en Bruselas.
Lo hicieron realidad
Fue durante un encuentro de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA Suecia 1958™ que enfrentaba a Bélgica e Islandia. Ya cerca del descanso, cuando el casillero señalaba un 6-1 a favor de los Diablos Rojos, el delantero Rik Coppens, de 27 años, tuvo la oportunidad de ampliar la renta de los suyos desde los once metros. En lugar de apuntar directamente a la portería, hizo una pared con André Piters, que obligó a salir al arquero Bjorgvin Hermannson. Coppens no tuvo más que dar un suave toque para marcar.
“Dentro de la cancha era muy extravertido”, dijo de Coppens su ex compañero Theo van Rooy. “Le encantaba hacer cosas que dejaban boquiabierta a la gente, y todo el estadio se quedó boquiabierto aquel día. Menos mal que marcó, ¿se imaginan lo que habría dicho la gente si hubiese fallado algo así?”
No sabemos si Messi y Suárez pensaron ayer en las posibles consecuencias de fallar el penal antes de ejecutarlo, pero sí sabemos el revuelo que se organizó cuando Robert Pires y Thierry Henry intentaron homenajear con poco acierto a Coppens y Piters en 2005. El dúo galo del Arsenal se medía al Manchester City en un partido de la Premier League, y Pires se situó en el punto penal. Su intención era asistir a Henry, pero midió mal y golpeó la pelota tan levemente que ni uno ni otro lograron chutar a portería.