Según la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), la organización central de las organizaciones indígenas de la Amazonia, los territorios indígenas de la Cuenca Amazónica, que representan un 25% por ciento del total de la zona, contienen bosques que almacenan entre 30 y 46 millones de toneladas de carbono. En este contexto y teniendo en cuenta el potencial de mitigación al cambio climático que representan estos territorios, la COICA formuló una primera propuesta indígena acerca de REDD+, el mecanismo de mitigación de Naciones Unidas.
El proyecto, llamado también “REDD+ Indígena Amazónico (RIA), fue creado por la COICA y WWF Alemania, junto a los WWF de los países implicados y Brasil. Con un presupuesto de 2.750.000 euros para el periodo 2014-2017, está financiado en un 90% por el Ministerio de Medio Ambiente alemán a través de la Iniciativa Internacional de Protección del Clima (IKI) mientras que WWF aporta el 10% restante.
El origen de este concepto alternativo a REDD+ surgió en la Cumbre Amazónica de 2011, según explicó Ricardo Burgos, Director de RIA, que presentó los últimos avances del proyecto en las negociaciones climáticas que se están llevando a cabo en Bonn esta semana. Burgos recordó que RIA se centra en “generar conocimiento sobre la contribución de los territorios indígenas a la adaptación, mitigación y resiliencia al cambio climático, fortalecer la gobernanza de los territorios indígenas y sensibilizar a las políticas nacionales”.
Una de las principales características del enfoque indígena es una visión integral y holística del cambio climático que va más allá de la captura del carbono en la que se incluyen otros bienes y servicios que pueden aportar los bosques y los territorios indígenas. “REDD+ solo consideraba pérdidas, es decir, los bonos de carbono y no había otro espacio. RIA lo ha abierto y lo ha ampliado teniendo un impacto fuerte porque esos puntos están en el acuerdo de París“, aseguró el director de RIA.
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