EFEverde.- La expedición «Cumbre de Hielo Groenlandia 2016» dirigida por el explorador polar Ramón Larramendi ha terminado felizmente al llegar a la localidad groenlandesa de Kangerlussuaq tras constatar un «acelerado deshielo» de la zona del Ártico por la que viajó el Trineo de Viento.
Este vehículo ecológico de 12 metros de largo por 3,5 de ancho, impulsado únicamente por la fuerza eólica que hincha las cometas encargadas de arrastrarlo, ha transportado sin grandes incidentes a la tripulación y su equipo durante cerca de 2.000 kilómetros, incluyendo una ascensión de 3.240 metros de altitud.
Los miembros de esta ruta científica han recogido datos sobre las condiciones del hielo y la nieve así como de la radiación cósmica para expertos del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) y de la Universidad de Alcalá de Henares, además de estudiar los efectos del cambio climático.
Deshielo en Groenlandia
Desde los primeros días del recorrido, Larramendi ya constató que el deshielo en el interior de Groenlandia “se ha adelantado este año varias semanas, respecto a hace sólo dos años” durante la Circunnavegación de Groenlandia de 2014 en la que también participó.
“No sólo las temperaturas han sido más elevadas, sino que los vientos nocturnos polares se han comportado erráticamente” hasta el punto de que en algunos momentos del viaje fue necesario dividir el convoy de cuatro módulos en dos partes para proseguir el trayecto.
La ruta de la expedición, cuyo principio y fin se ubicaba en la costa suroeste de Groenlandia, ha probado la eficacia de este singular vehículo eólico, que ha mostrado ser capaz de navegar por los territorios árticos con media docena de tripulantes y dos toneladas de peso.
Expedicionarios
En la primera parte del viaje, Larramendi estuvo acompañado por Hilo Moreno, Ignacio Oficialdegui, Vicente Leal, Nacho García y Karin Moe Bojsen, mientras que tras 1.500 kilómetros de navegación los cuatro últimos fueron relevados tal y como estaba previsto por Manuel Olivera, Malik Milfeldt y Miguel Herrero.
El trineo logró hacer cumbre a más de tres kilómetros de altura al llegar a la base científica norteamericana Summit Camp y, a partir de ahí, descender por la vertiente opuesta del domo helado y continuar viaje hasta el final a pesar de que “no ha sido fácil porque ha hecho demasiado calor, hasta varios grados sobre cero a 2.200 metros de altitud” según el líder de la expedición.
“Arrastrar dos mil kilos de peso es todo un reto que nunca antes se había intentado”, ha añadido, defendiendo “la simplicidad y eficiencia” del Trineo de Viento como la clave del éxito.
En su opinión, “ningún otro vehículo” podría haber continuado viaje en las condiciones que enfrentaron por lo que ahora espera que este reto “sirva de espaldarazo definitivo a este vehículo como herramienta para la exploración polar española e internacional”. EFEverde