Washington, (EFEverde).- Un grupo de 109 premios Nobel criticó hoy a la asociación ecologista Greenpeace por su rechazo frontal a la producción de alimentos transgénicos (genéticamente modificados), lo que puede, a su juicio, provocar un «crimen contra la humanidad».
En la misiva, los firmantes señalan que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha advertido de que la producción mundial de alimentos tendrá que doblarse para 2050 a fin de satisfacer la demanda de la población.
“Organizaciones opuestas a los cultivos modernos, con Greenpeace a la cabeza, han negado esos hechos repetidamente y están en contra de las innovaciones biotecnológicas en agricultura”, indican los rubricantes, entre ellos el estadounidense Phillip Sharp, ganador del Nobel de Fisiología o Medicina en 1993 e impulsor de la carta.
Alegaciones de Greenpeace :
Greenpeace y otros grupos, subrayan, “han tergiversado sus riesgos, beneficios e impactos y han apoyado la destrucción criminal de ensayos de campo y proyectos de investigación aprobados”.
Los expertos -premiados en disciplinas como Medicina, Química, Física y Economía- instan a la organización ecologista a “revaluar la experiencia de agricultores y consumidores en todo el mundo con cultivos y alimentos mejorados mediante biotecnología”.
En su opinión, Greenpeace debe “reconocer los hallazgos de los cuerpos científicos autorizados y las agencias reguladoras y abandonar su campaña contra los transgénicos en general y el arroz dorado en particular”.
Premios Nobel:
Los premios Nobel hacen hincapié en que esas agencias reguladoras han concluido que los transgénicos “son tan seguros, si no más, que aquellos derivados de otros métodos de producción“ y aseguran que “nunca se ha dado un solo caso confirmado de resultados sanitarios negativos para los humanos o los animales por su consumo”.
Lamentan la oposición de Greenpeace al arroz dorado, que “tiene el potencial de reducir o eliminar muchas de las muertes causadas por la deficiencia de vitamina A, que tiene el mayor impacto en la gente más pobre en África y el sudeste de Asia”.
“Pedimos a Greenpeace -aseveran- que cese y desista en su campaña contra el arroz dorado específicamente, y los cultivos y alimentos mejorados a través de biotecnología en general”.