El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, considera de especial importancia la integración de la perspectiva de género en la gestión de los ecosistemas. Se trata de conciliar las diferentes demandas y encontrar sinergias entre hombres, mujeres, niños y niñas en los diferentes usos que hacen de los ecosistemas, ya sea para obtener alimentos y agua o para sostener sus medios de vida.
En septiembre de 2015, los estados miembros de las Naciones Unidas acordaron un nuevo programa histórico para la población mundial y el planeta, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas es una piedra angular de este programa de desarrollo.
«Para el PNUMA los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, son el faro que orienta cómo se van a gestionar los ecosistemas. Esto incluye el ODS 5, sobre igualdad de género, en el cual la participación plena y efectiva de las mujeres en la toma de decisiones en torno a los ecosistemas es fundamental como parte de los esfuerzos para conciliar las diferentes demandas entorno a los mismos», explica Niklas Hagelberg, experto del PNUMA en ecosistemas.
Un marco importante para la integración de la perspectiva de género en el desarrollo sostenible es el Plan de Acción sobre Género 2015-2020 de la Convención sobre la Biodiversidad.
Agricultura
Una de las áreas donde existen brechas y desigualdades de género significativas es en la propiedad de la tierra. Otra es la agricultura. Las mujeres son actores importantes en muchos sistemas agrícolas.
Un análisis desde la perspectiva de género en este tema pone de relieve la importancia de reconocer los roles de las mujeres y de los hombres en el sector agrícola y de este modo asegurar que las necesidades, vulnerabilidades, derechos, obstáculos, conocimiento, recursos y limitaciones de hombres y mujeres son tomados en consideración. Las mujeres necesitan participar en todas las discusiones sobre los problemas y posibles soluciones y estrategias a seguir, tanto en el ámbito local como en el global.
“Muchas mujeres juegan un papel como administradoras y ‘protectoras de las semillas’, a veces durante muchas generaciones. Por eso, las mujeres pueden tener un conocimiento particular sobre las plantas y las técnicas agrícolas que podría ayudar a las estrategias de adaptación. Si las mujeres no se incluyen cuando se discuten las estrategias a seguir y los enfoques de adaptación, este conocimiento no estará presente”, dice Irene Dankelman, directora de IRDANA Advice, empresa consultora sobre género y desarrollo sostenible, y profesora de la Universidad de Radboud en Nijmegen, Países Bajos.
Como actores clave en el sector agrícola, las mujeres necesitan el mismo acceso que los hombres a recursos e insumos como el crédito, los programas de formación y las nuevas tecnologías agrícolas. Actualmente, en la mayoría de los lugares se margina a las mujeres en estos ámbitos.
Cambio climático
Las mujeres a menudo se ven afectadas de manera desproporcionada por los desastres naturales relacionados con el cambio climático, de acuerdo al informe Agua para un mundo sostenible – Datos y cifras.
A menos que las mujeres están incluidas igual que los hombres en todos los contextos de toma de decisión, como el desplazamiento, las cuestiones de seguridad, los medios de vida e incluso la participación en foros mundiales como las reuniones de los tratados internacionales sobre el cambio climático, las soluciones que se propongan no reflejarán todas las dimensiones del problema, no tendrán un impacto en las causas de la desigualdad y, por lo tanto, sólo serán parcialmente efectivas.