No hubo lágrimas de emoción, ni saltos de alegría. Algunos abrazos de ocasión, mientras dos de ellos ensayaron una vuelta olímpica con la bandera del país antes de meterse al vestuario.
La postal del festejo Estados Unidos tras ganar la tercera medalla de oro consecutiva del básquetbol olímpico de hombres, un hecho inédito para este deporte, describe lo que ha significado para sus jugadores: un trámite, tarea cumplida, ahora a casa.
Kevin Durant anotó cinco triples y totalizó 30 puntos para encabezar el ataque estadounidense en la victoria 96-66 sobre Serbia el sábado en la clausura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Estados Unidos, que extendió a 76 partidos su invicto desde 2006 en todas las competencias, había ganado el oro en Beijing 2008 y Londres 2012.
Para Serbia, en tanto, la plata es su primera medalla olímpica en este deporte desde que se independizó como país hace una década. Este equipo nacional del veterano entrenador Mike Krzyzewski, dejará el puesto a manos de Greg Popovich, no ha puesto a los espectadores de pie en Río ni será recordado como el más brillante de los campeones olímpicos.
Afectado por el mal de ausencias –Lebron James y Steve Curry rechazaron el convite–, nunca irradió magia en el área pintada. Pero nadie pudo contra ellos.
rio2016.com