California ha dado un paso decisivo en su lucha contra el cambio climático. El gobernador del estado, el demócrata Jerry Brown, firmó una ley que permitirá acometer una de las reducciones más drásticas en la emisión de gases de efecto invernadero a nivel mundial.

En concreto, la propuesta pretende que esa reducción sea del 40% para 2030, situando los niveles por debajo de los de 1990, lo que significará, en teoría un aumento considerable en la flota de vehículos eléctricos circulando por las carreteras californianas y un drástico recorte por parte de las granjas de productos cárnicos y lacteos. Ese sector, en concreto, es el principal responsable de esas emisiones de gases perjudiciales para el medio ambiente, según varios estudios.

La legislación fue aprobada tras una enconada batalla política en Sacramento, la capital del estado, estableciendo medidas más agresivas que las existentes con la anterior ley vigente. Esa proponía una reducción de gases contaminantes para 2020.

La firma de Brown supondrá un golpe importante para sectores como el petrolero y el agrícola, por lo que la oposición ha sido poderosa. El programa les obligará a pagar por un cupo de emisiones determinado destinado a labores de limpieza, lo que en el pasado ha significado miles de millones de dólares para las arcas del estado.