Cada año 8 millones de toneladas de plásticos llegan a nuestros mares y océanos. Desde botellas, bolsas y envases, que luego se fragmentan en trozos más pequeños, hasta microesferas de plástico provenientes de productos cosméticos o de la industria. Este plástico contamina los océanos, daña la vida marina y se incorpora a la cadena alimentaria. El 80% de estos residuos provienen de tierra, por ello es urgente tomar medidas donde se origina el problema.
El Gobierno debe aplicar las normas existentes y seguir el ejemplo de otros países para luchar contra la contaminación por plásticos:
Eliminar el abandono de envases y garantizar su correcto reciclado mediante la implementación de sistemas de retorno de envases.
Prohibir la fabricación y el uso de microesferas de plástico.
Establecer las medidas necesarias para implantar la Directiva Europea sobre las bolsas de plástico de un solo uso para noviembre de 2016.
Fomentar medidas basadas en la economía circular, que apuesten por la reutilización de la materia prima y nuevos materiales con menor impacto ambiental.
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